El papa emérito explicó así por qué decidió su histórica abdicación y elogió el "carisma" de su sucesor, Francisco
ROMA.- "Me lo dijo Dios." Seis meses después de la renuncia que conmocionó a la Iglesia Católica y al mundo, Joseph Ratzinger, ahora papa emérito, explicó así por primera vez a un interlocutor anónimo por qué decidió abdicar, convirtiéndose en el primer pontífice en 600 años que deja el papado voluntariamente. Además, elogió el "carisma" de su sucesor, Francisco.
Así lo reveló ayer la agencia católica Zenit, que publicó que Benedicto XVI habló en esos términos en un coloquio privado con alguien que "tuvo la suerte" de reunirse con él, en esos rarísimos encuentros que suele tener ahora el ex papa alemán, que se retiró de la vida pública.
Benedicto XVI, de 86 años y que anunció su dramática decisión el 11 de febrero pasado, precisó que decidió renunciar no luego de una aparición o un fenómeno de ese tipo, sino tras una "experiencia mística" por la que el Señor hizo nacer en su corazón un "deseo absoluto" de quedarse sólo con Él, recogido en la oración.
La misma fuente anónima citada por Zenit destacó que la decisión de Benedicto no significó "escaparse del mundo", sino refugiarse en Dios y vivir su amor.
El mismo Ratzinger, de hecho, dijo que esta "experiencia mística" se prolongó durante los últimos meses, "aumentando siempre más ese anhelo de una relación única y directa con el Señor".
El papa emérito reveló, además, que más observa el "carisma" de Francisco, más entiende por qué su elección fue "voluntad de Dios", según la agencia Zenit.
Cuando Benedicto XVI anunció su abdicación, hablando en latín durante un consistorio, ya había explicado que había tomado esa decisión después de meditar profundamente ante Dios.
"Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino", había dicho, provocando un terremoto en la Iglesia Católica.
"Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado", había agregado.
Después del shock inicial, mucha agua ha pasado bajo el puente. Su sucesor, Jorge Bergoglio, el primer papa latinoamericano de la historia, desde que fue elegido, el 13 de marzo, ha mostrado devoción filial hacia Benedicto, a quien llamó por teléfono incluso antes del "habemus papam" y visitó en Castel Gandolfo el 23 de marzo.
Desde que Benedicto volvió a vivir en mayo en el Vaticano -en el monasterio Mater Ecclesiae, que queda a diez minutos a pie de la residencia de Santa Marta-, el papa argentino suele visitarlo. En la conferencia de prensa que concedió en el avión que desde Río de Janeiro lo llevó de regreso a Roma después de la Jornada Mundial de la Juventud, Francisco comparó su relación con su predecesor, al que definió como "un grande", con la que suele tenerse en familia con un "abuelo sabio".