El envejecimiento corresponde a un proceso natural por el que pasan todos los seres vivos. En el aspecto físico, los cambios se evidencian a simple vista. Pero particularmente en el cerebro se denotan a través de los gestos, síntomas y signos que representan a las distintas enfermedades neurodegenerativas. En algunos ocurre en una etapa más temprana y en otros muchos años después, sin embargo hasta el momento no se conoce con exactitud la causa.
Partiendo de esta base, investigadores del Centro Médico de la Universidad de Columbia se propusieron encontrar la razón de su origen. Descubrieron que una determinada condición genética puede explicar cómo sucede el deterioro, lo que abriría la puerta a nuevas opciones terapéuticas y permitiría redireccionar los tratamientos actuales frente a los distintos tipos de trastornos mentales. Consiste en un gen que podría acelerar hasta doce años el envejecimiento.
Observando los datos de las muestras de cerebro obtenidas de las autopsias de 1.904 personas sin enfermedades neurodegenerativas, los científicos identificaron el gen llamado TMEM106B cuyas variantes interfieren en el córtex frontal, la región responsable de la mayor parte de la actividad cerebral. Con un análisis minucioso, armaron una imagen cerebral para esclarecer la relación de edad aparente y edad cronológica real de cada individuo. Dos tercios de los involucrados presentó una variante genética vinculada al TMEM106B. En concreto, portaban dos variantes "malas", mientras que en el resto se halló solo una variante mala.
"Cuando miramos a un grupo de personas mayores, siempre nos encontraremos con que algunas de ellas parecen más jóvenes y otras más mayores. De una manera similar, estas diferencias en el envejecimiento también se pueden observar en la corteza frontal, la región del cerebro responsable de los procesos mentales superiores", explicó Asa Abeliovich, uno de los autores del trabajo. Y añadió: "De acuerdo con nuestros resultados, muchas de estas diferencias están ligadas a las variantes del gen TMEM106B. Así, las personas que portan dos copias 'malas' de este gen tienen una corteza frontal que, en función de varios parámetros biológicos, parece 12 años mayor que la de aquellos que portan dos copias normales".
El científico afirmó que el efecto del gen comienza a generar efecto cuando la gente alcanza los 65 años y llegada a esa edad, se desencadena por alguna situación de estrés aún desconocida, tal cual puntualizaron en el estudio publicado en la revista Cell Systems. "Si una persona tiene dos copias buenas del gen, entonces responderá del modo correcto. Pero si porta dos copias malas, entonces su cerebro envejecerá más rápidamente", sentenció el especialista.
Fuente: Infobae