Guillermina Lanfranco, directora y guionista de Vestigio, un largometraje de suspenso realizado en la zona de San Basilio nos habla acerca de la realización de una película que ha involucrado a toda una comunidad, y que ha sorprendido por su calidad y repercusión al contar una historia fuerte.
El jueves 6 de abril, se presenta en exclusiva para Río Cuarto, Vestigio a las 21 hs. en el Centro Cultural Leonardo Favio, su directora nos cuenta acerca del proceso de realización que llevó cerca de tres años y que ahora está disponible para ser disfrutada por toda la comunidad.

¿Cuándo comenzaste a delinear los primeros esbozos de Vestigio?
Todo comenzó de una pequeño sueño que tuve, donde vi una escena, cuando desperté la anoté y allí quedó. Pasó el tiempo, empezamos a pensar en realizar la tesis, encarar el género de suspenso y, junto a mi compañero Javier Canale (co-Guionista y Director de Fotografía), tomamos esa escena y empezamos a desarrollar la trama y los personajes; todo fue fluyendo cuando decidimos elegir la locación, un pueblo pequeño rodeado de zona rural, tomando como eje central la idiosincrasia de la vida en el pueblo.

Este trabajo cinematográfico es fruto del encuentro de los cineastas con un pueblo del sur de Córdoba, ¿cómo fue este proceso de realización?
Ciertamente. El haber elegido un espacio como un pueblo hizo que pudiéramos enriquecer la historia a través de las relaciones y los vínculos dentro de un espacio más pueblerino y menos urbano, como lo es una ciudad. Pero además de eso fue un gran vínculo humano con la gente de la localidad de San Basilio, el pueblo elegido para rodar la película, ya que todos se mostraron predispuestos y nos abrieron las puertas de su comunidad, brindando apoyo desde muchos lugares, para poder llevar a cabo la producción. Gracias a la gente y a la comunidad pudimos lograr e impulsar Vestigio. Hoy sentimos la satisfacción, no sólo de haber rodado una película, como sueño personal, sino de devolverle al pueblo un patrimonio cultural que es suyo y quedará en la historia de la localidad. Desde nuestro grupo de tesistas impulsamos desde un comienzo de este trabajo, la idea del cine-en-el-pueblo.

¿De qué trata Vestigio?
Vestigio es un largometraje de ficción, de género policial de suspenso, y es la historia de Felipe Calvet, un joven periodista que regresa a su pueblo natal luego de un largo tiempo, que busca averiguar las causas de la muerte de su hermano menor, Gonzalo Calvet. Al mismo tiempo Nicanor Da Ponte, un hombre mayor y de renombre en la localidad, se encuentra desconcertado por la inexplicable desaparición de su hijo Alfonso. Ambos se unirán tras la sospecha de que estas situaciones están conectadas.

¿Cuál fue la búsqueda?
La búsqueda artística fue, sin dudas, el desafío de una producción de un largometraje (con todo lo que eso implica: inversión económica, creatividad y técnica) de género, pero con una propuesta dinámica y técnicamente prolija. La calidad técnica, perseguir la idea de una fotografía y una banda sonora potencialmente rica y de alta calidad, con los recursos que teníamos. Y una búsqueda al apostar a un método de producción para generar proyectos audiovisuales en conjunto con las comunidades, una manera diferente de hacer cine independiente. Llevar a los pueblos de la región una propuesta para generar films.

¿Cuánto tiempo llevó el desarrollo de esta película?
Desde el nacimiento de la idea, pasando por guion, producción, búsqueda de financiamiento, rodaje, edición, post-producción de imagen y sonido y la composición de la música original, hasta el corte final de la película llevó alrededor de 3 años (comienzos de 2014 hasta comienzo de 2017).

¿Cómo fue la respuesta del público de San Basilio cuando se le propuso que su lugar iba a ser protagonista de una historia de suspenso y cómo fue cuando vieron la película?
La comunidad inmediatamente nos dio una respuesta positiva. A cada lugar que fuimos a pedir apoyo hubo predisposición en colaborar con cualquier cosa que estuviera a su alcance. Fue un orgullo para todos ellos ver a su pueblo reflejado en una película, sus calles, sus veredas, sus lugares comunes, donde transitan todos los días, la propia gente, porque además participaron actores secundarios y extras oriundos de la localidad, que le dieron vida a la historia y pusieron el sello de realismo en la idiosincrasia del pueblo.

¿Qué sentiste al ver que tu trabajo como cineasta había dejado una nueva historia al mundo cinematográfico?
La verdad que es una satisfacción inexplicable. Es un sueño cumplido. Poder hacer lo que a uno le apasiona, tener tanto apoyo de la gente, la familia y los amigos, el trabajo y el talento de los compañeros, los aportes y el impulso de los docentes que nos formaron en la carrera, el respeto y el entusiasmo que devuelve el público al ver la película, sienta un precedente que va más allá de la película en sí misma, es la idea de seguir creciendo y haciendo cosas, de poder contagiar esta pasión por el cine a quienes nunca imaginaron o nunca vivieron esto tan de cerca. Eso sentimos también que pasó con la gente de San Basilio.

¿Cómo fue el trabajo con los actores y con los distintos responsables de las distintas áreas que desarrollaron la película?
El trabajo con los actores fue muy productivo y muy enriquecedor; personalmente como directora general y directora de actores junto a mi compañero Ramiro Rezzano Klement, tuvimos la libertad de trabajar en ensayos con actores que ya conocíamos y habían trabajado con nosotros en el pasado, y por otro lado con los actores que fueron seleccionados en el casting. El desarrollo de los personajes se fue trabajando en conjunto con cada uno de ellos, el aporte y la visión que cada actor tenía de su personaje; fuimos buscando todos juntos el método para desarrollar cada escena, los actores que trabajaron en la película son maravillosos y cada uno se metió en la piel de su personaje, eso le dio realismo a la historia.
En cuanto al trabajo con cada área se fue desarrollando en conjunto a través de reuniones, pruebas, ensayos, montajes y debates. Puestas en común y decisiones conjuntas. Sugerencias y aportes de todos y cada uno de los que conformaron cada equipo. Lo que más rescato es el trabajo de producción y coordinación que llevó a cabo Nahir Millabanque, fueron muchos meses de trabajo en los que Nahir llevó las riendas y tomó las decisiones más complejas dentro del desarrollo. A esto se le sumó el talento y profesionalismo de nuestros compañeros Juan Farías (Director de Fotografía y Montajista), Lucas Manzano, Lisandro Álvarez Castro y Manuel Fernández (Directores de Sonido), Paula Fossatti (Directora de Arte) y Leandro Bahamonde (Músico Compositor), junto al apoyo y trabajo de muchos compañeros y colegas.

¿Cuán difícil es seguir el camino de la cinematografía?
No muy diferente a lo que pasa con cualquier otra profesión, pienso que es difícil poder vivir de lo que a uno le gusta o para lo que se formó, permanecer y hacer cosas constantemente. Sobre todo desde el punto de vista económico, ya no es del todo redituable si no se tiene una cierta carrera dentro del campo. Pero sostengo que con el apoyo de la gente, así como Vestigio, muchos realizadores pueden apostar a construir cine, en cualquier lado. Las posibilidades tecnológicas y creativas son infinitas, el factor humano es lo fundamental para poder llevar a cabo proyectos audiovisuales.