Muchos jugadores han pasado por el club azul y oro, pero pocos se mantienen tan vigentes en la memoria de los hinchas como Blas Armando Giunta. 

"Es un día muy especial para el hincha de Boca, es muy lindo porque tengo muchos recuerdos hermosos en La Bombonera" dijo el ex mediocampista defensivo que tuvo dos pasos por Boca (1989 - 1993 y 1995 - 1997).

Su estilo sacrificado y guerrero de jugar al fútbol quedó inmortalizado con un particular cántico de La 12 que dice "Giunta, Giunta, Giunta. Huevo, huevo, huevo": "Uno sueña que todavía juega al fútbol, que todavía me tengo que levantar a entrenar. Para el futbolista es duro porque la carrera es corta y se tienen recuerdos de los compañeros, de los clásicos jugados, de la defensa a muerte de los colores, el aliento de la gente. Cuando me entregaban una plaqueta en reconocimiento hace unos días me sorprendía porque hacía 20 años que no pisaba La Bombonera y para mí fue muy emotivo. Son cosas que quedan en el corazón de uno. Quisiera todavía seguir jugando, hay que disfrutar la carrera al máximo, dejar muchísimas cosas dentro de la cancha como para que la gente lo recuerde a uno con todo el cariño que lo hace".

Ganarse un lugar en el corazón del hincha Xeneize por la garra y el sacrificio es un orgullo que lo va a acompañar por el resto de sus días: "Sin ninguna duda que la gente de Boca me demuestra un cariño muy grande. Me han preguntado muchas veces por qué no dirijo en Boca o por qué no trabajo en el club, pero después de 20 años volví a la cancha del club con la invitación del vicepresidente para recibir un reconocimiento oficial. El cariño en la calle es mutuo con el hincha".

En su primer paso por Boca ganó la Supercopa Sudamericana en 1989, la Recopa Sudamericana en 1990, el Torneo Clausura en 1991, el Apertura y la Copa Máster de 1992 y la Copa de Oro Nicolás Leoz de 1993: "Recuerdo que cuando en 1993 me tuve que ir de Boca, yo estaba en Toluca y me llamaban a las cinco de la mañana para decirme que cuando terminaban los partidos la hinchada coreaba mi nombre y yo no lo podía creer. Muchas veces a uno lo marca una gambeta, un caño, un gol y dejar el corazón adentro de la cancha también marca al hincha y este lo reconoce".

También recordó los sacrificios que se hacían en sus tiempos de jugador para disputar los partidos: "En aquella época jugábamos más que por el dinero, jugábamos por los colores, nos infiltrábamos muchas veces, nos “jugábamos las piernas” por los dolores que teníamos, lo hacíamos como sea, estábamos siempre adentro de la cancha. La camiseta no se la prestábamos a nadie".

Boca llevaba una sequía de 8 años sin ganar títulos, en la final de Supercopa Sudamericana de 1989 frente al "rojo" de Avellaneda el "Gladiador" tuvo la oportunidad de patear el penal que le dió el campeonato al club de la ribera y convertirse en ídolo de La 12: "Tuve la suerte de jugar la primer Supercopa Sudamericana de Boca y cuando pateé el penal ante Independiente fue uno de los momentos más importantes de mi carrera porque Boca hacía mucho tiempo que no salía campeón".

"Jugadores de estas características hay pocos, Mascherano tiene un estilo parecido al mío. Pero futbolistas que metan, corran, luchadores hay pocos" agregó sobre los jugadores que compartan su manera de sentir los partidos en la actualidad.

Finalmente dejó un mensaje para todos los aficionados Xeneizes que recuerdan a quien supiera defender con orgullo los colores de la institución: "A los hinchas de Boca los llevo bien adentro de mi corazón, que se queden bien tranquilos".