Se sabe: las obras viales, como en general toda la obra pública, han sido un sistema de premios, castigos y favoritismo político durante la era kirchnerista.
Según la agencia Opi Santa Cruz, el 74% de las obras viales financiadas por la Nación fueron adjudicadas a la empresa Austral Construcciones, de Lázaro Báez, socio del matrimonio Kirchner y hoy investigado por la Justicia por presunto lavado de dinero.
A quienes viajan habitualmente por las rutas de la Argentina podrá parecerles que el kirchnerismo no ha hecho mucho en materia vial. Y los números oficiales les dan la razón. Entre 2003 y 2011 apenas se hicieron obras por 81.244 kilómetros (sobre una red caminera total de unos 500.000 kilómetros). Allí se suman la construcción de caminos nuevos, las reparaciones, rehabilitaciones y hasta el mantenimiento o cambio de la cartelería.
En ese contexto de escasez, el favoritismo por Santa Cruz, que se llevó sistemáticamente más del 12% de los recursos, es más evidente aún. Superó a muchas provincias con más extensión, actividad económica y población y con más caminos, como Santa Fe, Córdoba y la propia Buenos Aires. A San Luis le otorgaron todos los años menos del 1% de las partidas.
Las cifras oficiales muestran el gasto año por año ejecutado por la Dirección Nacional de Vialidad (DNV), y los datos obra por obra, como también el avance físico. LA NACION sistematizó los datos ejecutados de los años mencionados. Allí se advierte que:
Santa Cruz es casi todos los años la estrella, con una enorme participación en el gasto, que no está justificada por su extensión, importancia económica ni por su cantidad de población.
Tratándose de una provincia relativamente rica, por los emprendimientos petroleros y turísticos, recibió una inversión mucho mayor que provincias más pobres y con mayor población y necesidades de desarrollo, como Chaco.
Si se suma todo lo que recibieron por obras viales La Rioja, Misiones, Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Chaco y Catamarca, no se llega a la cifra que recibió sola Santa Cruz.
La manipulación política es evidente. Por ejemplo: Córdoba fue bastante favorecida hasta 2008, cuando el gobierno nacional y la gobernación se pelearon por el conflicto con el campo. Desde entonces le congelaron o le redujeron los presupuestos de obras viales.
Entre Ríos es la nueva estrella. Todo cambió en 2007 con la llegada del ultrakirchnerista Sergio Urribarri a la gobernación. En 2011 estuvo primera en gasto. Hay que recordar que ése fue el año en que el presupuesto fue manejado más discrecionalmente que en cualquier otro, ya que el Ejecutivo no sólo contó con los superpoderes, sino que ese año la presidenta Cristina Kirchner hizo el presupuesto por decreto.
En la realización de las obras en Santa Cruz ha tenido alta participación el empresario Lázaro Báez. El sitio de periodismo de investigación OPI Santa Cruz descubrió una cuenta convenio en el Banco Nación, donde se giraban directamente recursos para pagar obras viales. En 2009, por ejemplo, Austral Construcciones, según el portal santacruceño, recibió el 74% de los pagos por obras viales.
La provincia donde nació Néstor Kirchner tiene apenas alrededor de un 20% más de superficie que Río Negro. Pero recibió más del triple de gasto en obras viales.
Algo parecido pasa con Chubut, que tiene una extensión similar, pero obtuvo sólo alrededor de un tercio del monto.
Datos difíciles de desentrañar aparecen en el rubro titulado "Nacional". Allí se agrupan obras de señalización, cartelería, "mantenimientos y reparaciones menores" y convenios con provincias y municipios. Son las obras sobre las que se brindan menos precisiones. Y el gasto estuvo subiendo muchísimo en los últimos años. En 2011, se gastaron poco más de $ 804 millones, contra 887 millones en Santa Cruz.
En 2011 aparecen gastos importantes por primera vez en el rubro denominado "Interprovincial". Son obras que abarcan el territorio de más de una de ellas. La mayor obra de ese año, con más de $ 200 millones gastados, fue de "refuerzo de infraestructura" en el Corredor Vial III. Son unos 729 kilómetros de la ruta nacional 7, desde Luján, en la provincia de Buenos Aires, hasta San Martín, en Mendoza, pasando por Santa Fe y Córdoba. Está concesionado, pero en el esquema que montó Néstor Kirchner las licitaciones y las obras de las rutas con peaje las hace el Estado nacional.
Era diferente en el esquema de concesiones de los 90, en que las obras las hacía el concesionario, pero eso se modificó cuando Néstor Kirchner redefinió los corredores y los volvió a concesionar. Las obras, las licitaciones, las contrataciones y los pagos quedaron a cargo del Estado.
Con los datos de 1999 también se puede ver que el esquema de favores puede haber sido perfeccionado, pero no inventado por el kirchnerismo. En el último año de Carlos Menem, a La Rioja le asignaron el 11% del presupuesto de obras viales, algo desproporcionado para la extensión, actividad económica y población de la tierra natal del entonces presidente.