Mujeres a cara lavada: Cecilia Castillo
-¿De qué estás hecha?
Siempre he sentido que estoy hecha de empuje y de coraje.
-¿Cuando miras al espejo a quién ves?
Veo los años, me lamento de no tener muchas fotos de cuando el tiempo no se notaba, pero también veo mi fortaleza, mi capacidad de sostener y mis certezas.
-¿Te gusta ser mujer?
Sí absolutamente, creo que la mujer es la que hilvana vínculos, la que tiene ese plus de percepción e intuición que los varones no tienen. La condición femenina es única y sublime. Me asusta la perdida de lo femenino.
-¿Cómo son tus sueños?
Tengo casi 50 años y la conciencia de que pase la mitad de mi vida, esto hace que mis sueños tengan que ver con lo que me rodea, con mejorar desde donde pueda la sociedad en la que vivo. Creo en la educación, en la cultura, en mejorar los entornos para generar cambios sociales que tengan que ver con evolucionar.
-¿Por qué elegiste lo que hacés?
Fue casi sin pensar, todo empezó a venir sin querer, haciendo por otros llegó este camino del arte. Amo lo que hago. Siempre digo que el arte salva, a mí me salvó. Cuando todo es dinero y presión, conseguí desarrollar una actividad que no tiene precio, No vale nada y vale todo, tiene valores que no se miden en dinero y me dan muchos vínculos y placer. Algunas personas no entienden esto de trabajar gratis y me miran como si fuera imposible. Yo lo disfruto y si tiene que venir la recompensa económica vendrá, sino es lo que me hace feliz y esa paga no la tiene todo el mundo.
-¿Cómo te sentís con tus curvas de mujer?
Y…, quisiera ser más flaca, pero me acepto, me quiero, estoy sana.
-¿Qué ves cuando te encontrás a primera hora del día con tu cara lavada?
Veo una mujer que sabe cuáles son sus prioridades, sé de mis luchas y mis esfuerzos, de todo lo que he conseguido siendo firme. Algunas veces siento que tengo 100 años.
-¿En qué detalles de tu día dejás tu impronta?
En todos, alguna vez escuché que en los pequeños detalles diarios radica el amor a los tuyos. Me esfuerzo en demostrar mi amor y jamás me callo un te quiero.
-¿Qué es la lucha?
La vida es lucha, llegar a ella es lucha, persistir, no decaer, creer, sentir, elegir, soñar y hacer. Todo eso es lucha, es vida.
-¿Ante qué no claudicas?
Ante la injusticia.
-¿Cómo eras de niña?
Metida, solidaria, alegre. Mi bici, mi abuelo y yo. La bici…la libertad. Mi abuelo…la sabiduría.
-¿Qué le dirías hoy, como mujer, a la niña que fuiste?
Que cumplí.
-¿Qué pensaría de vos la niña que fuiste?
Que no cambié, que sigo siendo la misma. Que sigo corriendo detrás del que necesita algo, que sigo preguntando en qué te puedo ayudar…Y no es por los demás, es por mí, es mi naturaleza.
-¿Qué mujeres te han inspirado?
Todas las que pasaron por mi vida con sus errores y sus aciertos.
-¿Amás?
Sí, profundamente, no podría vivir sin amar.
-¿Qué tiene de especial el ser o los seres a quienes amás?
El hombre que amo hace 33 años que me acompaña, tiene una bondad infinita y es mi sostén. Una amiga de toda la vida siempre me dice que estábamos destinados y eso no le pasa a mucha gente. Aun así el amor se construye todos los días. Amo a mis hijos. Tengo cuatro en mi corazón.
-¿Cómo es tu relación con tu casa?
Mi casa es sagrada, es el templo de mi familia y de mis tesoros.
-¿Qué te gusta hacer en tu casa?
A esta altura solo me gusta disfrutarla sola, con familia o con amigos.
-¿Cómo combinas tu labor más externa con tu vida privada?
Es el beneficio de tener los hijos grandes y un marido comprensivo. Todos colaboran.
-¿Con qué te mimás?
Con afectos, con una rica cena, con amigos. Leyendo, aprendiendo.
-¿Cuándo fue la última vez que te miraste a los ojos y te dijiste te amo?
No sé si me miré a los ojos, pero me amo, me amo porque creo en mí.
-¿Qué es la belleza?
La belleza tiene que ver con lo que uno expresa, con lo que es capaz de dar. Hay una belleza exterior, como negarla, esa que tenés cuando floreces en la vida. Pero hay otra belleza que tiene que ver con lo vivido, con lo asumido. La belleza procura armonía, no es estética, es interior.
-¿Te sentís bella?
Sí, me siento plena, quiero a mucha gente y mucha gente me quiere. Tengo afectos de años y afectos nuevos. Conservo mi esencia. Y como dice una amiga, soy genuina.
-¿Qué te duele?
La ignorancia, la falta de oportunidades, la desidia, la falta de compromiso.
-¿Dónde está tu alma?
En los que amo.
-¿Qué dolor se te hizo piel y convivís con él?
La imposibilidad de cambiar algunas cosas.
-¿Por qué reís?
Recuerdo mi risa adolescente era espontánea, fresca y contagiosa.Hoy es diferente.
-¿Qué es la muerte?
Es la separación de los que amo.
-¿Por qué celebrás?
Hoy celebro la vida, la salud, mis amores, mis amigos.
-¿Qué no puede faltar en tu mesa?
En mi mesa no puede faltar la charla, la sobremesa y un buen vino.
-¿Cuál es tu último pensamiento antes de dormir?
Pienso en mis chicos y si los tengo a los cuatro en casa soy infinitamente feliz. Pero de lo que no puedo prescindir es del abrazo y la mano extendida de mi esposo, ese momento es el mejor del día.
-¿Tenés fe en algo?
En Dios.
-¿Un sueño que quieras compartir?
Quisiera un país estable, eso permitiría un poco de desarrollo. Sueño con hacer y hacer, no quisiera detenerme, cuando uno se detiene queda afuera de todo.
-¿Cuál es tu próximo horizonte?
Hacer, aprender, generar, compartir.
-¿Qué te dejó esta entrevista?
Puedo verme, como dice mi hijo, como una regla que sabe de sus valores y de su esencia, que aprende todos los días y que sabe que muchas cosas son cuestión de suerte. Pero las que definen nuestra vida son cuestión de esencia y de elecciones.
-¿Quién sos?
Soy una chica a la antigua, que cree en los valores, que tiene hijos amables, comprometidos, que saben que sin sacrificio y responsabilidad no hay desarrollo posible. Soy a quien miran y de quien se nutren y ese es mi mayor desafío.
Cuando creí que no había más para aprender. La vida me sorprendió con nuevos retos.Soy esa chiquilina que no se detuvo nunca, sonrío, lloro, sostengo, me caigo, me levanto y sigo. Esa SOY, igual y diferente a todas…
Fotos del archivo personal de Cecilia Castillo