Son reconocidos como "rooftoppers" y se han convertido en estrellas de las redes sociales gracias a su osadía; la práctica ha provocado varios muertos en el mundo
Osados, temerosos, valientes. O locos imprudentes. Trepan los edificios más altos del mundo, los monumentos más reconocidos del planeta sin mínimas medidas de seguridad, con el único objeto de tomarse una foto. Mientras más alto, mejor. Ya tienen varios años de fama y son considerados una especie de tribu urbana. Son los "rooftoppers", dispuestos a dejar la vida por una selfie.
El alemán Andrej Ciesielski logró la fama mundial el año pasado cuando escaló la Gran Pirámide de Giza, en Egipto. Varias selfies y videos le permitieron alardear de su hazaña que, sin embargo, no quedó impune: el gobierno egipcio le prohibió la entrada de por vida a su país. Pero ya para él había valido la pena. Había aparecido en medios de todo el mundo y logrado miles de seguidores en Instagram.
"Siempre quiero probar cosas que me den miedo o respeto", contó James McNally, famoso por escalar los rascacielos en Nueva York, en una entrevista con la agencia DPA en febrero de 2016. La mayoría trabaja con seudónimos, porque casi siempre se trata de una actividad ilegal. Y lo prefieren así. Los "rooftoppers" suelen trepan los edificios en la madrugada, para pasar desapercibidos para el personal de vigilancia y las cámaras de seguridad en los ascensores. Hasta más de 70 pisos a pie, que puede ganarles la cárcel o la muerte.
Un informe, basado en reportes de prensa, asegura que al menos 49 personas han muerto desde 2014 intentando sacarse una de estas arriesgadas "selfies". La mayoría de las víctimas tenía 21 años o menos. Entre ellos, Andrey Retrovsky, un joven ruso de 17 años, que subió junto a un amigo al tope de un edificio en Vologda, Rusia. Quería tomarse una foto como si estuviera cayendo del techo. Andrey estaba sujeto a una cuerda, pero todo salió mal y cayó de un noveno piso en 2014.
Entre todos, ya hay un selecto grupo de "estrellas", con miles de seguidores que celebran o critican su actividad. Esta es una lista de algunos de los más reconocidos y particulares.
Beerkus, enamorado de las alturas
Ivan Kuznetsov, o simplemente Beerkus, como su apodo en las redes. Es un fotógrafo ruso con más de cuatro años escalando edificios. Tiene más de 246.000 seguidores en Instagram. Tuvo tanto éxito de decidió abrir un perfil junto a su novia, en el que publican románticas -y arriesgadas- fotos.
Kirill Vselenky y su "GoPro"
Kirill Vselenky tiene 23 años y también es ruso. Prefiere particularmente los sitios con "acceso no autorizado". Para él no bastan las fotos. Desde hace un tiempo, escala con su "GoPro" en mano y ha grabado increíbles videos desde las alturas.
Lamyock llegó hasta Apple
Lamyock es de China. Y según los pocos datos en sus redes, se sabe que nació en los 90' y que tiene un poco más de dos años de experiencia con la cámara. La calidad de su trabajo ha logrado que lo contraten marcas como Adidas o Apple.