Bengolea, 18, dieciocho personas y el espanto.
Los cargaron como vacas. Un camión de ganado repleto de entrerrianos y correntinos, al mejor estilo de una fotografía de la Alemania nazi cuando cargaban a los judíos en camiones y trenes.
Pero fue hace unas noches en un campo de la vecina Bengolea. En un campo de una familia "de bien" de la localidad.
18, eran dieciocho personas y el espanto.
El encargado los apuró en medio de la noche a grito pelado -y yo me lo imagino hasta con picana-.
"Apuren carajo!!! Que no tenemos toda la noche. Apuren mierda!!!" Sin piedades ni misericordia.
En medio de la negrura de la noche espesa, la joven madre con el bebé - de un mes- en brazos casi lo soltó al tastabillar con la bosta del piso - se dice excremento de ganado-.
El llanto del bebé rompió el silencio ruin y cómplice en dos. Desesperada la mujer lo apretó fuerte contra su pecho en un intento de no enojar al capataz.
"Hacelo callar carajo!" sentenció el hombre en medio de la oscuridad más oscura. Las lágrimas de la jovencita se entremezclaron con las del bebé, mientras los otros cuatro niñitos también entraron a humedecer sus mejillas.
18, eran dieciocho personas y el espanto.
Los intentaban tirar a la ruta en medio de un enero donde al mediodía hasta las iguanas se niegan a cruzarla. En un enero donde el sol abrasador cocinaría a los niñitos en medio de la bosta de las vacas -se dice excremento de ganado-
Acorralar la esclavitud en un camión de ganado para que la policía no encontrara el horror, la locura y la muerte en Bengolea.
Acaso la esclavitud no es muerte en vida?
Aún recuerdo la tarde aquella en donde en un taller sobre la Trata de Personas, de esos aburridos que damos cuando no sabemos que hacer con nuestras vidas -eso me dijo una vez un funcionario-, una docente de Bengolea me preguntó donde podíamos encontrar personas esclavizadas.
Pobrecita la mujer, mi respuesta fue profética "a la vuelta de la esquina". Quizás le erré un poco en la distancia, "a una legua del pueblo".
Cierro los ojos y escucho el llanto del bebé de un mes en medio de la noche espesa, y el alma se me hace un ovillo y un puñado de lágrimas me surca las arrugas.
La única manera de poder pensar en terminar con este horror, esta locura y este espanto quizás sea enseñar en las escuelas estos casos, con nombre y apellidos, del explotador -pero es secreto de sumario-.
A ver si la verguenza , aunque sea la verguenza social pone un freno a estas prácticas de muerte que se siguen practicando.
El nombre de un esclavista puede ser secreto de sumario?
Al que roba una gallina lo detienen hasta el juicio para proteger a la sociedad, alguien sabe si al esclavista, explotador, ladrón de vidas y sueños, etc, etc lo detuvieron???
Dios me libre del silencio cómplice.
Dios se apiade de aquellos que sabiendo negaron saber porque a estos correntinos y entrerrianos "le matamos el hambre". Les faltó agregar y "también les matamos la vida y los sueños"
Bengolea, 18, dieciocho personas y el espanto.
Alicia Peressutti
Un camión de ganado fue descubierto cuando trasladaba a 18 personas y a raíz de esto se detuvo al dueño del campo donde las mismas trabajaban en una clara situación de esclavitud, de acuerdo a los datos brindados por Alicia Peresutti, titular de la ONG Vínculos en Red y Defensora del Pueblo de Villa María.
Alicia Peresutti, experta en casos de trata, habló para Radio Río Cuarto donde expresó que lo que sucedió en Bengolea fue una situación inhumana que debe servir como antecedente para denunciar y profundizar ante casos similares.
“A lo largo de 20 años he visto muchas cosas, pero me sorprendió ver el camión de ganado, lleno de bosta de vaca, que cargaba a las personas ahí, el dueño del campo se los sacaba de encima, al enterarse de que iba a tener una denuncia por venir” comentó la conmovida mujer.
La Defensora del Pueblo de Villa María comentó que las personas que fueron encontradas en el camión estaban en una condición inhumana, “los chicos no iban a la escuela, se aprovecharon de que la gente no tenía trabajo, y las tenían en condiciones muy vulnerables”.
A su vez relató que habló con un policía que le describió la situación de la detención del camión y que éste le dijo nunca había visto algo así, “lo que le produjo el cuadro fue terrible, había un bebé de un mes allí. A esta gente se la sacaban de encima y los llevaban hasta su lugar de origen en un camión e iban a estar 18 horas bajo el sol, tratan de mejor manera al ganado que a estas personas” dijo con dolor Peresutti.
La titular de la ONG Vínculos en Red manifestó que luego de publicar su comentario en su red social facebook notó mucha solidaridad de la gente, “algo está cambiando hay una condena social” y agregó “si bien el poder judicial es independiente, yo creo que las leyes se aplican cuando la sociedad lucha, observa, audita, controla para que las leyes se apliquen, no creo que este caso quede en la nada, porque hay una condena social”.
Peresutti comentó que mucha gente de Bengolea la llamó solidarizándose con estas personas que estuvieron en estado de esclavitud y le dijeron que se sentían responsables porque habían observado ciertas situaciones y no habían dicho nada. Sin embargo la defensora del pueblo destacó que la denuncia se hizo en función de la gente que avisó, “es un caso de esclavitud porque las condiciones eran de trata de persona, primero que están todas las vulnerabilidades previas, la poca permanencia en el sistema educativo, la desesperación de la gente, el traslado, el aislamiento y un nuevo traslado, pero aparte de todo lo previo, está el accionar después porque el camión de ganado define un montón de cuestiones”.
Peresutti fue contundente con el responsable de tener en estas condiciones a un grupo de seres humanos, “la persona está detenida y debería ir a juicio, un esclavista que contribuye con la violación de los derechos humanos es un peligro para la sociedad, porque le ha robado los sueños a la gente y eso es peligroso”.
Alicia consideró que éste es un caso testigo, en donde la sociedad de Bengolea se siente avergonzada porque ven a estas personas no como a gente a quienes les dieron trabajo o comida, sino a seres humanos que podrían haber sido ellos bajo condiciones de absoluta vulnerabilidad y esclavitud.
Informe16 - Guillermo Davies
Imagen de caracter ilustrativo