Un relevamiento del movimiento CREA advierte que las regiones más afectadas son el centro de Santa Fe y el sur de Córdoba. En el sur de Buenos Aires, la sequía también golpea a los cultivos.
En la Región Pampeana este ciclo productivo se están registrando fuertes contrastes en la condición hídrica de las distintas zonas, con intensas precipitaciones en algunos lugares y una severa sequía en otros. Estas dos escenarios pueden tener un importante impacto en la evolución de la soja, el maíz y otros cultivos de verano.
Desde el fin de la campaña pasada, se destacan dos zonas con más de 300 milímetros por encima de lo normal: el centro de la región pampeana que incluye el sudeste de Córdoba, el noroeste de Buenos Aires, el sur y el centro-oeste de Santa Fe y el oeste de Entre Ríos. Éstas contrastan marcadamente con el sur de la provincia de Buenos Aires, en donde las precipitaciones están entre 200 y 300 milímetros por debajo de las normales.
Según un relevamiento de los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA), realizado en los últimos cinco días, las zonas más afectadas por los excesos hídricos se encuentran en el centro y sur de Córdoba y en el centro de Santa Fe.
Según describe el informe de Aacrea, en la primera zona mencionada, en promedio, el 30% del área de granos gruesos está perdida. En esa región hay una gran variabilidad en el impacto que provocaron las constantes precipitaciones, con empresas que llegan a más del 70% de la superficie sembrada perdida. Además, se estima que un 15% del área se encuentra bajo riesgo latente de pérdida adicional, de acuerdo a cómo evolucionen los fenómenos climáticos.
En el centro de la provincia de Santa Fe se calculan pérdidas que promedian el 20% de los granos y los recursos forrajeros, pero si persisten las condiciones inestables se corre el riesgo de perder el 35% del área. En las últimas 48 horas, las lluvias continuaron en esta región, que es la de mayor potencial de pérdidas y que además viene de sufrir una situación similar durante el otoño pasado.
En menor medida, pero también con pérdidas y riesgos de daños en cultivos de verano y recursos forrajeros, se encuentran el sur de Santa Fe y el norte y el oeste de Buenos Aires. También quedan zonas en las que aún falta sembra el 30% de la superficie que se proyectó para el maíz.
En el centro y norte de La Pampa y en el sur de Buenos Aires el déficit de lluvias comenzó afectando parte de la cosecha fina y continuó condicionando la implantación y el normal crecimiento de los cultivos de verano. Tal es el caso, por ejemplo, del grupo CREA Necochea-Quequén en donde una parte de la soja de segunda no pudo sembrarse y se encuentra limitado el crecimiento y el desarrollo de los granos gruesos.
En La Pampa y en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires, las sequías contribuyeron en los incendios que se registraron en los últimos días. Técnicos Crea de esta región estimaron que en algunos casos puntuales las pérdidas alcanzan al 50% de los recursos forrajeros naturales.
Las inundaciones y los incendios no solo van a golpear los rendimientos y también están provocando daños en la infraestructura (alambrados, caminos, mangas, galpones, etc.) que es necesaria para el desarrollo de las actividades agropecuarias.
La evolución de las condiciones meteorológicas en las próximas semanas definirá la magnitud final de los daños. A pesar de la compleja coyuntura, el productor Crea tiene la intención de avanzar con la siembra en las áreas que no llegaron a implantarse y de resembrar, al menos, un parte de lo perdido.
Pero todo dependerá de lo que ocurra en los próximos días, ya que la ventana de siembra está llegando a su fin en buena parte de las regiones que están afectadas por estos fenómenos climáticos.