En los últimos años, los argentinos acostumbraron su paladar a un tipo de carne que históricamente estuvo entre los menos consumidos en el país.
En los últimos años, los argentinos acostumbraron su paladar a un tipo de carne que históricamente estuvo entre los menos consumidos en el país. Se trata del cerdo, que en 2016 pasó de un consumo per cápita anual de 13 a 16,5 kilos (13,5 fresco y 3 de chacinados), según datos de la Asociación Argentina de Productores de Porcinos (AAPP).
"Este aumento del consumo de cerdo se da porque en los primeros ocho meses de 2016 no subió el precio al público, mientras que las de pollo y de vaca sí aumentaron", explica Juan Uccelli, presidente de la AAPP. "De agosto hasta ahora, el cerdo sí aumentó mucho y volvió a acercarse al valor del asado. Eso frena un poco el consumo", advierte.
La carne de cerdo es la primera proteína animal en el mundo, al representar 44% de toda la proteína animal que se consume. La siguen el pollo (30%) y la carne vacuna (23%). Los mayores consumidores per cápita del mundo son Dinamarca y España, con 72 kilos. En la región, en tanto, Chile consume 22 kilos per cápita y Brasil, 16 kilos per cápita.
Un dato interesante es que lo que aumenta cada año en el país es el consumo de carne fresca de cerdo, mientras que el de chacinados se mantiene estable desde hace años en los 3 kilos. "En España, por ejemplo, es al revés, ya que se come mucho más en forma de chacinados, como jamón, salame o bondiola", expresa Uccelli.
En cuanto a las condiciones para los productores, después de un primer semestre complicado, la ecuación mejoró, por la baja en el precio del maíz y una recuperación de las cotizaciones del capón. Así, la producción de carne porcina aumentó 7,32% entre enero y noviembre de este año, alcanzando 472.696 toneladas de res con hueso, el mayor volumen logrado por la actividad para los primeros once meses del año, según los indicadores de la Subsecretaría de Ganadería del Ministerio de Agroindustria de la Nación.