"Yo estaba con una crisis de nervios, me temblaba todo el cuerpo, me parecía que me iba a dar un infarto". Quien habla es Carlos García, el gasista que realizaba trabajos de reparaciones en el edifico de Salta 1241, y que explotó el martes 6 de agosto, en Rosario, dejando un saldo de 21 muertos y más de medio centenar de heridos, y que quedó detenido por estrago culposo agravado por la muerte de personas.
 
García , de 62 años, declaró ante la justicia un día después de la mayor tragedia de la historia de Rosario, que aún permanece conmocionada. Según su relato, al que tuvo acceso Perfil, cuando se dio cuenta que "no iba a poder detener" el escape de gas, salió corriendo para la calle "para poder darle aviso a la gente que estaba ahí".

En su testimonio también contó que intentó pedir ayuda al 911 y a la guardia de Litoral Gas y "nunca" le contestaron. "Como vi que tenía que pedir auxilio agarré la camioneta y fui lo más apurado a Litoral Gas. Cuando doblo por Balcarce me encuentro con una camioneta S10 de la tercera y le aviso que dé cuenta al 911", sostuvo.