A muchos kilómetros de distancia, en la Estación Espacial Internacional, también llega el espíritu de las fiestas. Los astronautas de la NASA expresaron sus buenos deseos para estas fechas y contaron los detalles de cómo preparan la clásica cena
Existen ciertas tradiciones y eventos que no conocen de fronteras y que, salvo alguna excepción aislada, se honran en todo el mundo. Momentos como la Navidad y el Año Nuevo, por el caso, forman parte de ellos. Son costumbres presentes en cada hogar y en cada lugar donde esté presente un ser humano, incluso a distancias que alcanzan los cientos de kilómetros de la Tierra. Las fiestas de fin de año trascienden los límites atmosféricos, celebrándose también en el espacio.
En la Estación Espacial Internacional (ISS) también festejan la Navidad, y ya se preparan para recibir el 2017 a pura algarabía. Los seis pasajeros que integran la tripulación que orbita el planeta decoraron el ambiente para dar un clima que no los lleve a anhelar sus hogares y sus seres queridos.
Año tras año, los habitantes de la plataforma cambian, pero todos se esmeran en que el entorno sea lo más parecido al de su casa. Aunque el habitáculo donde conviven no es muy amplio, tienen suficiente espacio para poner algunos adornos. El arbolito, infaltable. La costumbre se repite desde el 2000 -al menos en la estación internacional- cuando se dio la primera llegada permanente de astronautas.
El ruso Oleg Novitski, la estadounidense Peggy Whitson y el francés Thomas Pesquet son los últimos en llegar, tras arribar la nave rusa Soyuz MS-03 el mes pasado. En la plataforma orbital los recibieron los otros inquilinos presentes, que ya llevan más de dos meses en el espacio: los también rusos Serguéi Rízhikov y Andréi Borisenko, además de Robert S. Kimbrough, otro estadounidense. Los tres nuevos miembros grabaron un video en el que desearon sus saludos a la gente de la Tierra.
"Estar a bordo de la ISS te da una perspectiva un poquito diferente de las Navidades. Vemos el planeta en su totalidad. Refuerza el hecho de que deberíamos vivir como un solo pueblo y esforzarnos por la paz", enfatizó Whitson. La óptica del planeta desde 400 kilómetros modifica los sentimientos de aquellos que navegan por el mundo.
Los astronautas celebrarán las fiestas degustando platos especialmente preparados, previstos para comerse en situación de ingravidez. Thomas Pesquet llevó comidas cocinadas en restaurantes de París con dos estrellas Michelín. El cosmonauta recibió antes del despegue elaboraciones de los famosos chefs franceses Alain Ducasse y Thierry Marx: lenguas de ternera con foie, gras trufado y los magrets de pato confitados.
El menú incluirá supremas de pollo con colmenillas y pan de jengibre. Y también, envasados en latas y bolsas, habrá otras opciones como pavo, relleno de pan de maíz, judías verdes, puré de patatas. Las bebidas que acompañarán: sidra de manzana -sin alcohol- y cacao (chocolate caliente). Para el postre, ensalada de frutas, tartas de arándanos, y pastel de chocolate.
A mediados de este mes, la nave espacial japonesa HTV-6 reabasteció a la estación, llevando también algunas sorpresas. La cápsula Kounotori ("cigüena blanca", en la traducción) trasladó cinco toneladas de alimentos, agua, baterías y otras provisiones. La NASA informó que el cargamento trasladó también obsequios y regalos por la temporada para los pasajeros.
A pesar de las celebraciones, los astronáutas deben continuar con los experimentos que tienen programados. Estudiar el impacto de la ausencia de gravedad sobre la musculatura humana (un análisis cuyos resultados pueden ayudar a curar las miopatías) o probar tecnologías capaces de revolucionar los sistemas de purificación del agua, forman parte de la larga lista de experimentos que deben realizar.