En mercados con elevada incertidumbre como los actuales es mejor concentrarnos en lo que podemos controlar e ir cerrando negocios positivos que tratar de adivinar que puede pasar con los precios.
Cada año es diferente, único e irrepetible, la mera observación no alcanza y hasta los efectos son diferentes ante las mismas noticias, a pesar de eso trataremos de poner la vista en el mediano plazo.
Analizando las cotizaciones de la soja en el Chicago Mercantil Exchange vemos que le mercado no ha mostrado una tendencia definida desde mediado finales de Julio.
El premio que tiene la soja con respecto al maíz es determinante en las rentabilidades de los productores americanos a la hora de empezar a planificar la campaña 2017 / 2018.
El factor que sostiene los precios de la oleaginosa es la demanda, las cifras de exportaciones americanas y la molienda proyectada que reducen, al menos en parte, los excedentes de la mejor cosecha de la historia de Estados Unidos.
Sin embargo las noticias bajistas no dejan crecer las posiciones de los meses venideros en los mercados de futuros. En estas circunstancias necesitamos conocer que hará el “farmer” ante la falta de incentivos por retener mercadería en un país donde las tasas empezarán a crecer. Sería lógico suponer que un productor americano bien informado se sentirá tentado por desprenderse de la soja e invertir en bonos que tienen una rentabilidad similar a retener la mercadería teniendo en cuenta las cotizaciones de los futuros, sin asumir riesgos precios o de conservación.
En el caso del maíz, retener tomando coberturas en el Mercado a Término un productor americano obtiene una tasa cercana del 10 %.
Es lógico suponer que los “farmers” venderán primero la soja y posiblemente retengan el maíz, ralentizando en parte las operaciones de exportación del cereal, aunque no es razón suficiente para justificar los precios del cereal en Argentina.
El mercado de maíz está fuera de toda lógica, los precios FOB Argentina para las posiciones cortas están por encima de los FOB Golfo de México y ocurre lo mismo con las cotizaciones de los mercados de futuros que presentan importantes premios en el mercado local. Situación que se corrige para las posiciones de cosecha en el hemisferio sur.
¿Hasta cuándo las condiciones del mercado local pueden sostener estos premios? De no mediar complicaciones con el comportamiento del tiempo en Argentina y Brasil, las chances que los precios de los granos aumenten teniendo en cuenta las condiciones de mercado parecen escasas. Es más probable que los disponibles bajen para acercarse a las posiciones de cosecha en un nuevo orden económico con un dólar más fuerte, por ahora, que pesa en las exportaciones y anuncios de aumentos de la tasa de interés.
Lo mejor en estos tiempos será concentrarnos en nuestros costos, y si los números “cierran” ir poniendo algo de precios, sobre todo en soja, que tiene mejores cotizaciones que el año pasado para esta época del año.
Terminada la cosecha del hemisferio norte todos los ojos de los analistas se concentran en lo que pasa en Sudamérica, y todo parece indicar que la soja perderá superficie en manos del maíz en Argentina, pero que será compensada con el resto de los productores sudamericanos, esto alcanza para impacientar a compradores extranjeros provocando que se apuren a comprar en Estados Unidos por si el tiempo no nos juega una buena pasada en los desarrollos de los cultivos locales.
Si queremos agregarle algo de incertidumbre los anuncios económicos del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no tienen los efectos esperados sobre algunas variables, por ejemplo se esperaba que el dólar se debilite con respecto a otras monedas pero se revalorizó. Tengamos en cuenta que un dólar barato favorece las exportaciones de granos. Otra amenaza latente para Argentina es el debilitamiento del real que hace más competitivo a Brasil.
En definitiva el proceso de formación de precios de los granos es cada vez más complejo y es imposible enumerar todas las variables que lo afectan, solo para mencionar algunas tendríamos que ponderar producción, consumo, exportaciones, importaciones, reservas, tipo de cambio, las medidas políticas e impositivas de los países productores y de los importadores, el clima, el comportamiento de los especuladores que afecta a la oferta y la demanda.
Mi pregunta es ¿No resulta más sencillo trabajar sobre las variables que puede controlar y fijar su rentabilidad utilizando las herramientas que el mercado ofrece, como son los futuros y las opciones sobre futuros?
Siempre encontraremos en el proceso de formación de los precios factores alcistas y también bajistas, pero en gran parte dependen de la psicología del mercado que los hace hasta cambiar de signo. Intentar adivinar qué pasará con los precios, nos hará conocer de mercado, nos cultivaremos, pero solo nos sirve de consuelo cuando los precios bajan.
Hoy el mercado está inundado de noticias bajistas, sin embargo algunos precios suben y nos permiten cubrirnos a mejores valores que el año pasado, si esos valores me permiten capturar rentabilidad positiva es hora de aprovechar.