Lo indicó el padre Juncos, de la iglesia Espíritu Santo. Señaló que hay que trabajar sobre los circuitos financieros del narcotráfico porque "para muchos es un negocio”.
Recientemente desde la pastoral social de la Iglesia presentaron un documento donde piden emergencia social sobre el tema de las adicciones, reclaman por más inversiones para tratar la problemática y cuestionan la perspectiva represiva de abordar el consumo.
En ese sentido, el sacerdote Carlos Juncos, de la Diócesis de Río Cuarto, dialogó con LV16 y manifestó que el documento “tiene como trasfondo la tarea que la iglesia hace en distintos sectores de la sociedad” y “enriquece las voces” en torno a la temática.
Asimismo, opinó que una de las mayores preocupaciones es que “se ha priorizado el esquema represivo como si la solución al tema de la droga fuera eso. El documento deja claro que esa no es la solución”.
El padre Juncos deslizó que para luchar contra el narcotráfico “hay que trabajar sobre los circuitos financieros” del mismo, ya que “son cuestiones que no están del todo dichas y encaradas con la firmeza que hacen falta”. “Para nosotros es un flagelo, pero para muchos es un negocio, una forma de acumular dinero y hacer riquezas”, puntualizó.
El caso de Río Cuarto
Con respecto a la situación de Río Cuarto, el sacerdote de la Iglesia Espíritu Santo sentenció que “uno por optimista piensa que es controlable”, aunque planteó que el problema es “serio” y “grave”.
“Una parte de la preocupación es que todo el mundo dice saber dónde se vende y quién vende, pero el compromiso a la hora de hacer la denuncia, el trabajo que implica a quienes están en riesgo, no es algo que se caiga de maduro. Si bien es cierto que todavía estamos en parámetros que no se comparan con grandes villas de Buenos Aires o Rosario, el compromiso de la sociedad en Río Cuarto es un poco tenue, falta más coraje para poder enfrentar la cosa”, explicó.
De esta manera, dijo que “hasta que alguien de tu familia no lo padece, no se reacciona de la gravedad del tema”.
Por último, Juncos hizo hincapié en que en la ciudad "faltan becas para ayudar a familias que tienen está problemática", además de más espacios para trabajar en instituciones que se comprometan. No obstante, anticipó que la iglesia inaugurará un espacio de tratamiento en Tosquita, pero reconoció que son hechos aislados e insuficientes.