El mundo en el que vivimos y los hábitos que adquirimos muchas veces confabulan contra nuestros deseos, tiempos y sentidos. Los tiempos de hoy en día nos encuentran comiendo rápido y amando rápido. En fin: viviendo rápido.
Esta organización, con presencia en todo el mundo, comenzó en Italia en 1986 y su misión nace como reacción a las cadenas de comidas rápidas, los fast food. A partir de ese modo de ingerir los alimentos, este movimiento propone otro tipo de experiencia relacionada con el placer, el conocimiento y el sentido del gusto sin prisa.
Es más que un estilo de vida, es una filosofía de vida que promueve la comida casera, el disfrute de la comida con amigos y familiares y el consumo de alimentos locales u orgánicos que respeten el medio ambiente.
Se basa en el lema “BUENO, LIMPIO Y JUSTO”
BUENO, se refiere a las bondades del alimento para nuestro organismo.
LIMPIO, radica en una noción ecológica, nada que destruya la naturaleza y su equilibrio y haga mal a la salud puede ser considerado como tal. Debe ser un alimento limpio y noble para el ser humano.
JUSTO, se conecta con la forma de producción del alimento. Debe provenir de un campesino y sin proceso industrial exagerado ni lleno de conservantes ni agregados.
El movimiento se ha ido ampliando, y hoy está presente en más de 130 países de los cinco continentes. En 2004, la FAO reconoció oficialmente a Slow Food como una organización sin ánimo de lucro e instauró con ella una relación de colaboración.