Fabian Picardo no pierde el tiempo en gestos conciliadores. Al contrario, el jefe del gobierno de Gibraltar lanza dardos envenenados a las autoridades españolas en medio del conflicto fronterizo que despertó una fuerte crisis diplomática entre Madrid y Londres.
Acusa al presidente Mariano Rajoy de tomar "medidas fascistas" contra Gibraltar "para tapar la corrupción en la que está involucrado" y encuentra sus políticas hacia el territorio británico comparables con la actitud del dictador Leopoldo Fortunato Galtieri cuando tomó las islas Malvinas, en 1982.
"El señor Rajoy intenta alinear a la derecha española con una causa nacionalista para que se olviden de los sobresueldos que él cobraba", dijo a LA NACION Picardo, en su perfecto castellano de marcado acento andaluz.
Este socialista de 42 años ganó en 2011 las elecciones que lo convirtieron en ministro principal de Gibraltar y asumió el cargo casi al mismo tiempo en que Rajoy llegaba a la Moncloa. En Madrid lo acusan de ser un "agitador antiespañol". Él se siente fortalecido por el apoyo público que le dio el gobierno de David Cameron.
El conflicto empezó cuando Picardo decidió tirar al mar Mediterráneo 75 bloques de hormigón con hierros para crear un arrecife artificial. España denunció que esa medida perjudicaba a los pescadores españoles y reaccionó con un incremento en los controles fronterizos, que generan larguísimas demoras para entrar o salir del Peñón.
-¿Cuánto están afectando a Gibraltar los operativos policiales españoles en la frontera?
-Gibraltar sigue operando como siempre. Lo que están haciendo no afecta nuestra economía, ni siquiera el turismo. No tiene el efecto demoledor que quisiera el gobierno de España. El principal perjuicio es a la salud de la gente. Hay ancianos que tienen que pasar horas bajo el sol para pasar de un lado a otro. Y sobre todo trabajadores españoles, que después de ocho horas de cumplir con sus actividades en nuestro territorio se tienen que quedar demorados cuatro o cinco para volver a sus casas.
-¿A qué atribuye esa política española?
-Es evidente que esto no tiene nada que ver con el tema de la pesca, sino con la corrupción que se reveló en España y que involucra directamente al señor Rajoy. Es lamentable que para tapar los sobresueldos que cobraba Rajoy 30.000 personas de una población vecina tengan que sufrir este asedio incomprensible.
-¿Qué piensa de los que comparan esa actitud con la de la dictadura argentina cuando desembarcó en las Malvinas, como dijo el alcalde de Londres, Boris Johnson?
-Por lo que dicen los historiadores, cuando Galtieri invadió las Malvinas intentaba que la guerra quitara de la mente de los argentinos de a pie los problemas que atravesaba aquel gobierno. Puede que sea comparable con Rajoy, que intenta desesperadamente alinear a la derecha española con una causa nacionalista para que se olviden de los sobresueldos que él cobraba.
-¿Qué piensa de la idea española de hacer un frente común con la Argentina por la soberanía de Malvinas y de Gibraltar ante organismos internacionales?
-Ya lo hacen. Lo único nuevo es que España ahora lo está admitiendo. España y la Argentina siempre se movieron juntos en estos temas, porque comparten una idea falsa de que no puede haber autodeterminación cuando hay reclamos.
-Bueno, en la ONU todavía se considera a los dos casos como situaciones coloniales.
-Lo importante es que todo el mundo, salvo esas partes interesadas, reconocen nuestro derecho a la autodeterminación. Ojalá se atrevan a ir a tribunales internacionales, les ganaremos juego, set y match.
-¿Qué diferencias ve entre la situación de Gibraltar y la de Malvinas?
-Son casos casi idénticos. Somos poblaciones que expresamos democráticamente el deseo de ser británicos y tener nuestro propio gobierno, mientras una población colindante intenta imponer un cambio de situación.
-¿Está al tanto de cuáles son las medidas legales sin "precedente" que piensa tomar Gran Bretaña contra España?
-Sí, claro. Estamos trabajando conjuntamente en todos los temas con Gran Bretaña. Básicamente serán presentaciones ante la UE.
-España dice que su decisión de tirar bloques al mar afecta a los pescadores, viola los acuerdos de cooperación y destruye el medio ambiente, ¿por qué no consultó a España antes?
-Todo eso es mentira. Lo que hicimos es idéntico a lo que ha hecho la Junta de Andalucía en la misma zona. Creamos una piscifactoría, que terminará beneficiando a los propios pescadores españoles, que pueden venir cuando quieran siempre que respeten la legislación gibraltareña.
-Pero ustedes asumen la jurisdicción sobre aguas que España considera propias.
-Correcto, pero el resto del mundo sí reconoce, desde la firma de la Convención del Mar, nuestro derecho sobre un área de tres kilómetros desde la costa. España planteó una objeción, pero eso no nos impide ejercer nuestra soberanía.
-¿Qué le responde a España cuando denuncia que Gibraltar tolera el contrabando o señala que es un paraíso fiscal?
-España sabe que es mentira. El contrabando fuerte está en Ceuta, en Andorra, en Galicia.
-¿Teme un cierre de la frontera?
-No pensamos que España pueda hacer una locura así. Porque en definitiva cuando Franco hizo eso, en 1969, blindó más a los gibraltareños en su idea de ser distintos de España. Además, dejaría sin trabajo a casi 10.000 españoles que vienen todos los días a Gibraltar. Lo que está haciendo España va en contra de la idea de una Europa abierta.