El cantante y compositor estadounidense recibió el esperado galardón, cuyo anuncio había sido demorado una semana.
Parecía una broma infinita que se repetía todos los años en los pronósticos y ha resultado ser real en este otoño de 2016: Bob Dylan es el Premio Nobel de Literatura de 2016.
¿Cómo interpretar un fallo tan atípico? Dylan ha sido un poeta nuevo, un escritor de versos que caen en torrentes, capaces de describir un mundo que, en su momento, nadie había definido. Tomó su nombre artístico de Dylan Thomas, y por ahí pueden ir los tiros. Más influencias: la literatura beatnik y el viejo cancionero popular americano...
Y de toda esa influencia, sale ese molde que todos conocemos como "canción de Bob Dylan": versos casi narrativos, concretos y, a la vez, llenos de destellos de simbolismo, dedicados a amores y desamores confusos y a personajes en el límite. Y todo marcado por la musicalidad de la canción que es, obviamente, el formato del músico nacido como Robert Zimmerman.
Ahora, el Nobel de Literatura subraya la importancia de aquel invento. Las letras de las canciones de música popular, hasta ese momento, eran más cuentecillos tendentes a la moraleja y destinados a apuntalar la melodía, más que poesías. Con Dylan, ideas como la evocación y el misterio poético se convirtieron en asuntos propios de la canción.