Dos tipos con pantalones fláccidos, buzos con unas letras enormes y gorros con visera laminada, se enfrentan en una batalla de estilos frente a miles de fanáticos que festejan cada una de sus ocurrencias como si fuera un gol. Los cultores del género Freestyle se están volviendo cada vez más populares en la Argentina gracias al empuje de las redes sociales. De la marginalidad de parques y estaciones abandonadas, está tendencia ahora llena estadios.

Muchos de los participantes crecieron bajo la luna del breakdance, con los ritmos del Sindicato Argentino de Hip Hop y los discos de Control Machete. Seudónimos como Dtoke, Papo, Sony son los representantes de una disciplina urbana que se basa en improvisaciones de rap que duran un minuto, ejecutadas sobre una base musical.

La competencia de freestyle más conocida se llama Batalla de gallos y es la evolución directa del contrapunto entre los payadores. En el escenario, un jurado de tres expertos va otorgando puntos al que mejor empleó recursos como la improvisación y el fraseo musical. Y así se arma una competencia de eliminación directa en donde nunca falta la polémica y el fervor de las tribunas.
"Las claves consisten en ser espontáneo, humillar al rival de forma inteligente, tener una buena voz, mucha actitud escénica y rodear todo esto de mucha poesía. Pero acaso lo más destacado es el Punch line o el remate de cada verso" resume Núcleo AKA Tintasucia, rapero y productor que es también jurado internacional.

Una semana atrás, en Tecnópolis, el marplatense Papo, tras sortear su llave con solvencia, fue proclamado campeón local tras arrinconar a puro fraseo a Sony, ante el entusiasmo de 8.000 apasionados del género. La final internacional de la Batalla es en Lima, Perú el 12 de noviembre.

El movimiento artístico del hip hop o de la inteligencia en movimiento, tuvo sus orígenes en el sur del Bronx en los años 70 y se apoya en tres pilares: el rap, el arte del graffiti y la vibración de las bandejas. “El hip hop es una cultura que tiene sus principios y valores. Uno de los principales es el respeto. Sobre el escenario los competidores se pueden pechar, utilizar malas palabras, pero al finalizar, siempre se dan la mano. El MC es quien interpreta el género musical conocido como rap, mientras que el Freestyle es un rap que se improvisa sobre un escenario” resume el Misionero, uno de los presentadores más cotizados del ambiente.

A nivel nacional, el fenómeno explotó en 2005, cuando Frescolate pegó el batacazo en Puerto Rico y se ungió con la corona del freestyle, tras vencer a Eric El Niño. “Esto logro tuvo mucha repercusión y fue creciendo en las calles. Halabalusa es un festival que empezó con doce personas en 2007 y ahora reúne más de 800 en la estación de trenes de Claypole. Lo mismo ocurre con el 5to Escalón, que se hace en el Parque Rivadavia los domingos” acota Núcleo.

No es casualidad que el freestyle sea la forma que eligen muchos jóvenes para comunicar sus emociones. “Es innovador y uno puede expresar lo que siente en su corazón. También tiene mucho de juego porque creas un personaje con el que exteriorizás lo que te preocupa. Muchas de las cosas que me molestan en lugar de hablarlas las rimo. Es una manera de decir, soy esto y con los versos me quiero ganar el respeto de mi gente” indica el Misionero.

El empuje de esta cultura citadina está en sitios como YouTube, donde se pueden revivir muchas de las batallas épicas que tuvieron lugar en los últimos lustros. Una de las más celebradas es la final de 2015 en la Plaza de la Paz en Santiago de Chile, entre Arkano y Dtoke, cuyo contador ya supera las 14 millones de visitas. Entre los 26 mil comentarios que siguen en aumento, todavía se discute si la puntuación fue justa y si en lugar de Arkano debió ganar su rival.