Empezó la recolección de la cosecha en el hemisferio norte, y si bien los rindes son dispares, la enorme superficie impide proyectar los mismos de manera lineal pero conforme a la condición de los cultivos sabemos que Estados Unidos se acerca a la mayor cosecha de la historia.
Desaparece el premio climático en los precios, los fantasmas de la escasez se desvanecen y la primera consecuencia es la baja de los precios.
Cada campaña agrícola tiene sus particularidades, nunca son iguales, ni siquiera similares; en la presente tenemos una enorme brecha entre los precios FOB Golfo de México y los futuros para las posiciones cercanas del CME (Chicago Mercantil Exchange).
La lógica indica que esta diferencia no debería prolongarse en el tiempo, en pocos días los elevadores de granos de Estados Unidos empezarán a recibir mercadería, este exceso de oferta tendría que presionar los precios de los disponibles y acercar los valores de las cotizaciones FOB a los futuros cercanos como ocurre habitualmente.
Los precios en Argentina de la mercadería siguen con premios, tanto los disponibles como los futuros cercanos de los Mercados a Término, y tendríamos que aprovechar estos valores para al menos poner coberturas frente a los excedentes de la presente campaña, para aquellos que pudieron guardar algo de mercadería como reserva de valor. Esta decisión no puede demorarse en el tiempo, la entrada de la próxima cosecha nos muestra menores precios, estamos en presencia de un mercado invertido donde los valores de la próxima campaña son menores en Argentina.
Sabemos que no todos los años son iguales, que en materia de precios y coberturas es un aprendizaje constante. Los factores fundamentales que hacen a la formación de los precios son dinámicos, cambiantes y no siempre producen los mismos efectos.
Sin embargo la lógica, que no se si el mercado tiene, indica que las cotizaciones del maíz en Argentina deberían bajar los próximos días, aunque no tengamos certeza del día exacto o del porcentaje de caída, este espiral descendente que empezó junto a nuestras recomendaciones de venta cuando el futuro noviembre estaba en u$s 191 parece no encontrar fondo.
El razonamiento es sencillo, si estos valores me permiten cerrar rentabilidades positivas, es bueno hacerlo conforme a la información existente; la alternativa de esperar un cisne negro que impulse los precios siempre existe, aunque este año en el caso del cereal es ínfima.