Manos siempre mojadas, camisas bañadas en transpiración o la necesidad de secarse permanentemente la cara, son algunos indicios de la presencia de la hiperhidrosis.
Las doctoras Cinthia Akike, cirujana plástica, y Zaida Troyano, dermatóloga, de Gastromed, explicaron que la hiperhidrosis afecta al 1% de la población, pero genera en el paciente una gran incomodidad a nivel social. No es una patología grave, pero psicológicamente y estéticamente es muy molesta.
Desde el punto de vista médico, cuando un paciente con hiperhidrosis llega a consulta, se realizan estudios pertinentes para descartar que se trate de un problema endocrinológico. Si se descarta, se sugiere un tratamiento con medicamento o se deriva al cirujano plástico para que le aplique botox.
La toxina botulínica se coloca con micro inyecciones donde hay más transpiración, y a los 4 o 7 días empieza a hacer el efecto y la transpiración se va por completo, ya que se inhibe la señal nerviosa que le indica a la glándula producir la transpiración, explicaron las doctoras.
Además del rápido efecto, el paciente deja de ponerse nervioso y transpirar, lo cual ayuda a la solución total del problema.