Con casi 60 años sobre sus espaldas, los consorcios regionales de experimentación Agrícola (Crea) transitan por la tercera generación de productores dentro del movimiento. Y siempre con la misma filosofía: apoyarse en el grupo para seguir desarrollando sus empresas.

La frase que acuñó Pablo Harry, el fundador del movimiento –“solos vamos más rápido, pero juntos vamos más lejos”– sigue siendo el principio rector para los más de 200 grupos de productores que desarrollan su actividades bajo el método Crea en todo el país.

Los más de dos mil productores, que desde el miércoles y hasta hoy participan en La Rural de Palermo del Congreso Crea, funcionan dentro de ese paradigma que abarca 4,5 millones de hectáreas. Bajo su filosofía conviven empresas grandes hasta unipersonales, pero todas motivadas por el mismo interés y desafío de cara a 2025: ser cada vez más eficientes, sostenibles e innovadoras.

“Las empresas del futuro tendrán más innovación y tecnología. Y sobre todo con nuevas generaciones dirigiéndolas”, sostuvo Fernando Zubillaga, productor lechero bonaerense y presidente del Congreso Crea.

Perfil cordobés

Martín Lábaque representa a ese perfil de empresa. Desde 2007 está al frente de uno de los establecimientos fundadores del grupo Crea Pie de Sierra, uno de los 14 grupos de la Región Córdoba Norte, creada en 1987. 

Como en la mayoría de las empresas que lo conforman, Martín ya es la segunda generación de productores que integra el movimiento. A lo largo de sus casi 30 años de trayectoria, el grupo ha vivido una transformación productiva. “La empresa se inició con ganadería de cría, en un campo en General Paz, luego incorporó el engorde, y a partir de 2000 sumó a la agricultura hasta el 2003, cuando la empresa adquiere un perfil netamente agrícola”, comentó Lábaque a Agrovoz , durante la primera jornada del congreso.

Hace 30 años, el perfil del grupo Pie de Sierras era homogéneo. Estaba conformado por empresas familiares, con tradición ganadera que, con el correr del tiempo, hicieron su transición a la agricultura.

“Hoy el ciento por ciento de las empresas tiene agricultura y algunos han sumado a la ganadería con el desarrollo de campos en el norte del país. Muchos tienen incorporado el feedlots en campos donde originalmente tenían la ganadería”, explicó Lábaque.

Mario Aguilar Benítez es, junto a sus hermanos, también la segunda generación de productores Crea. Participa como integrante del Crea Totoral, uno de los grupos más antiguos en la regional Córdoba Norte.

“Mi padre ingresó al movimiento buscando compartir su experiencia, aprender del resto y tener la visión de un conjunto para la toma de decisiones. Es un ambiente donde se busca mejorar, aplicando la mejor tecnología”, reconoció Aguilar.

En el establecimiento Las Chilcas, en Rayo Cortado, la empresa familiar hizo una verdadera revolución productiva. Bajo un modelo de intensificación vertical, el establecimiento tiene agricultura, ganadería bovina y porcina y recientemente incorporó la producción de etanol.

Pero no solo de un proceso sucesorio se nutre la vigencia del movimiento Crea. También las nuevas generaciones de productores buscan su método para desarrollarse. 

Jorge Cima es presidente del grupo Crea Barranca Yaco. Con apenas tres años de existencia, el grupo cordobés es uno de los más jóvenes dentro del movimiento. ¿Su perfil? Empresas unipersonales, la mayoría agrícolas, dirigidas por jóvenes productores. Con 40 años, Jorge es uno de los más experimentados del grupo. “Somos nueve empresas que manejan seis mil hectáreas en total. La actividad principal es el arrendamiento por alquiler”, describió el productor.

En el ADN

Desde que comenzó a gestarse en 1957, la misión del movimiento Crea fue la acumulación de conocimiento al servicio de la producción. 

La semilla Crea comenzó a germinar en los grupos con la incorporación del paquete de insumos. El escalón posterior fue la adopción de tecnologías de manejo, para hacer más sustentable el suelo y más eficiente la producción, con la medición de resultados físicos y económicos. Luego vino el turno de la incorporación de las tecnologías de información, para la mejora en gestión financiera, comercial y de costos. 

El paso más reciente fue la adopción de la tecnología organizacional, para darle más fluidez a los procesos de comunicación y liderazgo dentro de las empresas.

Quien lleva en su ADN la carga genética del modelo Crea es Ricardo Negri, actual secretario de Agricultura de la Nación. Su abuelo participó de la reunión fundacional de la asociación a finales de la década de 1950, cuando un grupo de productores de la zona de Daireaux, en la provincia de Buenos Aires, comenzó a idear un nuevo modo de producir.

“Mi familia integró el grupo Crea ‘uno’. Mi papá fue asesor Crea y yo nací dentro de este movimiento, al que defino como una muy buena plataforma de personas y de empresas. El compartir los errores con tus pares construye no solo mejores empresas, sino también mejores personas”, dijo Negri a Agrovoz . Su campo familiar, dedicado a la agricultura y ganadería, integra el Crea Henderson Daireaux, donde comenzó a gestarse la institución.

Para el ex coordinador del área de Economía de Aacrea, el desafío pasa por cómo abordar los próximos 60 años. “No alcanza con tener empresas que funcionen bien en un contexto que funciona mal. El desafío es trascender a las empresas y trabajar tranqueras afuera. Uno de los caminos es la innovación”, destacó.

Para Negri, las siguientes generaciones se van a incorporar a las empresas agropecuarias por el lado de los emprendimientos. 

“Se viene una etapa de mucha innovación, asociada con la sustentabilidad”, proyectó.

Desafío a futuro

Más allá de que sus indicadores productivos y de eficiencia están muy por encima de la media, los productores que integran la nueva generación de los grupos Crea admiten que tienen mucho por aprender y mejorar. No solo tranqueras adentro, sino también en relación con la comunidad. 

“Yo siento que ya no tomo más decisiones solo. Lo hago con el apoyo de 10 productores y eso me hace dormir más tranquilo. Siento que la decisión que tomo es mucho más fuerte. Eso es un valor que paga cualquier costo”, sostuvo Jorge Cima, del Crea Barranca Yaco.

Fortalezas

El intercambio de información es una de las fortalezas que tiene el método Crea, de acuerdo con la valoración que realiza Martín Lábaque. “Debemos seguir obteniendo información cada vez más precisa, no solo económica, sino también ambiental y social”, sostuvo el productor del Crea Totoral. Mario Aguilar coincide con esa visión. Para el productor del Crea Totoral, la obtención de esa trilogía de datos debe contribuir para la toma de decisiones que trasciendan a las propias empresas agropecuarias.

Agrovoz/Alejandro Rollán