Un grupo de investigadores le enseñó a un perro a sentarse cada vez que detecta un cáncer de ovario. Se trata de un labrador que, hasta el momento, no se equivocó nunca.

Los canes están en el proyecto de la Universidad de Pennsylvania, Estados Unidos, en el que expertos tratan de encontrar huellas químicas que permitan mejorar las pruebas de diagnóstico para poder salvar vidas.

Los científicos aseguran que los perros podrán prevenir enfermedades gracias a la detección que combinaría su sentido del olfato, los análisis químicos y la tecnología actual. De esta manera pretenden mejorar el índice de supervivencia.

Quienes trabajan en el proyecto se basan en otros estudios que confirmaron que la primera etapa del cáncer de ovario que altera los olores del organismo. De esta manera, gracias al sentido del olfato de los perros y un buen entrenamiento, los caninos podrían detectar quién sufre de la enfermedad.

"Si los perros pueden hacerlo, la pregunta es: ¿pueden hacerlo nuestros instrumentos analíticos? Creemos que sí", explicó George Preti, uno de los investigadores especialista en química orgánica según informa Russia Today.