Durante el rezo del Angelus, el Papa tuvo un nuevo acercamiento hacia los islámicos e invitó a promover la relación por medio de "la educación de las nuevas generaciones"
ROMA.- En un gesto significativo hacia otra de las grandes confesiones monoteístas del mundo, Francisco llamó ayer "hermanos" a los musulmanes, como habían hecho antes Pablo VI y Juan Pablo II, y pidió promover "el respeto recíproco" .
Durante el rezo del Angelus, desde la ventana del despacho del Palacio Apostólico y ante miles de fieles presentes en la Plaza San Pedro pese a un calor agobiante, el Papa saludó a los musulmanes por el reciente fin de la fiesta del ramadán.
"Quisiera mandar un saludo a los musulmanes del mundo entero, nuestros hermanos, que hace poco han celebrado la conclusión del mes de Ramadán, dedicado en modo particular al ayuno, a la oración y a la limosna", dijo el Papa.
"Como escribí en mi mensaje para esta circunstancia, auspicio que cristianos y musulmanes se comprometan a promover el respeto recíproco, especialmente a través de la educación de las nuevas generaciones", agregó.
El 2 del actual, Francisco había enviado un texto, con su firma manuscrita, para expresar "la estima y amistad hacia todos los musulmanes, especialmente hacia sus jefes religiosos". En esa misiva, también había llamado a "evitar la crítica injustificada o difamatoria" en contra de ambas religiones.
Ayer, al llamar "hermanos" a los musulmanes, hizo un salto de calidad más que trascendente. Después de que Benedicto XVI ofendió al mundo musulmán durante una clase magistral en la Universidad de Ratisbona, en septiembre de 2006, las relaciones con el islam pasaron por un mal momento.
Luego de diversos encuentros con líderes islámicos en los que aseguró haber sido malinterpretado y un viaje a Turquía en el que rezó hacia La Meca, Joseph Ratzinger fue recuperando terreno.
Siendo arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio mantenía óptimas relaciones con líderes religiosos islámicos, judíos y de otras confesiones. Y haber llamado ayer "hermanos" a los musulmanes seguramente será muy bienvenido entre líderes de esa confesión, creen expertos.
En este contexto, cobra fuerza la posibilidad de que el Papa viaje el año próximo, probablemente en marzo, a Tierra Santa, para recordar los 50 años del encuentro entre Atenágoras, patriarca ecuménico ortodoxo de Constantinopla, y Pablo VI, en Jerusalén.
Tanto el gobierno israelí como el de la Autoridad Nacional Palestina han invitado al Papa, y las cancillerías están trabajando para concretar esa visita.
Antes de la oración del Angelus, Francisco habló del "amor de Dios" que "tiene un nombre y un rostro, el de Jesucristo". "Todos nosotros tenemos un deseo, sólo la pobre gente es la que no tiene deseos: el deseo de seguir adelante hacia un horizonte, el encuentro con Cristo, lo que nos hace felices", explicó el papa argentino, saliéndose del texto preparado e improvisando.
"El amor de Dios se manifiesta en Jesús porque nosotros no podemos amar el aire. ¿Amamos el aire? ¿Amamos el todo? ¡No, no se puede! Amamos personas y la persona que nosotros amamos es Jesús. Es un amor que da valor y belleza a todo el resto, un amor que da fuerza a la familia, al trabajo, al estudio, a la amistad, al arte, a cada actividad humana", agregó el Santo Padre.
"Y da sentido también a las experiencias negativas, porque nos permite, este amor, de ir más allá de estas experiencias, no quedarnos prisioneros del mal, sino que nos abre a la esperanza", explicó Francisco.
"También nuestros pecados encuentran un sentido en el amor de Dios, porque Dios nos ama tanto y nos perdona siempre", concluyó el Papa, en medio de los aplausos de los fieles, entre los que había muchos abanicándose por el calor y otros con banderas argentinas.