En medio de la montaña, a orillas del lago de Como, lo suficientemente alejado del mundanal ruido como para resultar un lujo para los sentidos, lo suficientemente cerca de Milán como para no resultar un lujo inaccesible. Una pequeña aldea campesina en una zona boscosa de 300.000 metros cuadrados (unas 25 veces la Plaza Mayor de Madrid) en la Lombardía estuvo llamada a convertirse en el Las Vegas italiano. Quién sabe si europeo, también.
Consonno tenía de todo: un gran casino con salón de baile, un castillo medieval de pega, pero muy logrado; un opulento hotel (se llamaba Plaza, así que imaginen), un centro comercial de arquitectura árabe al que no faltaba ni el minarete, una esfinge y una pagoda china que saludaban a los turistas camino del campo de golf, o de la cancha de tenis, o del zoo, o, por qué no, del circuito de carreras. ¿Han visto Suburra? Pues eso.
Consonno era una oda al divertimento, la apodaban Paese dei balocchi, la ciudad de los juguetes del florentino Pinocho. Pero aquella megalómana fantasía de un constructor de obra pública milanés que vio la luz en plenoboom económico de los 60 no duró ni 10 años. En 1976 uno de esos caprichos de la naturaleza tan tristemente italianos acabó con el sueño. Un corrimiento de tierras sepultó la única vía de comunicación del complejo con el mundo exterior y se acabó la fiesta.
De aquello sólo queda un recuerdo. Edificios vacíos, abandonados, que reflejan el lujo casposo de antaño pero se han marchitado bajo el musgo. Un paisaje inquietantemente bello. Una ciudad fantasma y un gran evento que lo hará renacer de sus cenizas este fin de semana: el Campeonato del Mundo de Escondite. Como aún sugiere una gran valla publicitaria en la sinuosa carretera hoy rehabilitada, "en Consonno siempre son vacaciones".
Camuflaje, contorsionismo...
Más de 300 jugadores repartidos en 64 equipos se darán cita durante dos días para una regresión colectiva a la infancia. Provistos de sus tiendas de campaña, tendrán que conseguir que nadie los encuentre. Todo vale: camuflaje, contorsionismo, escalada... Lo que sea para fundirse con el paisaje.
Aunque es la primera vez que utiliza la ciudad fantasma como escenario, no es la primera vez que Italia juega al escondite. De hecho, es la séptima. Lo llamaron Campeonato del Mundo porque nadie más lo hacía, en ningún otro rincón del planeta. Pero se convirtió en mundial, de verdad, el año pasado, cuando una visita inesperada acabó poniendo una idea loca de un grupo de labradores sobre la mesa del Comité Olímpico Japonés, con la idea de convertirlo en deporte de exhibición en Tokyo 2020.
"Se necesita velocidad de carrera, equilibro y capacidad de quedarse inmóvil durante largos minutos. El escondite es un absolutamente un deporte que requiere intuición y trabajo en equipo", fue el argumento de Yasuo Hazaki, profesor universitario de Educación Física y principal impulsor de la candidatura. No coló, pero ahí estuvo.
Para Giorgio Moratti, portavoz de la organización, los valores que transmite este juego van más allá: "Es un deporte sin distinción de sexos: el hombre puede ser más veloz, pero la mujer es más pequeña y se esconde más fácilmente; tiene tradición en absolutamente todos los países del mundo y, además, es la enésima prueba de todo lo que los niños pueden enseñarnos.Esconderse es intrínseco al ser humano, los animales también juegan al escondite, es absolutamente instintivo, igual que correr, saltar...".
Los buscadores, jugadores de rugby
Para potenciar el lado deportivo, el equipo fijo de buscadores está formado por jugadores de rugby. "Son grandes, bien visibles, y vienen de un mundo tremendamente correcto y leal", subraya Moratti. La organización, una coalición de campesinos y redactores de la revista CTRL Magazine, ha elevado a deporte de equipo un juego de niños y, de paso, ha sacado de su escondite a una bellísima ciudad fantasma. "El juego más extendido del mundo merecía un Campeonato Mundial".
Se guardan la exclusiva, pero anuncian sorpresas. Vendrán equipos de toda Europa y del otro lado del Charco, incluso alguno escapado del ciberespacio -PornHub envía su propia delegación, prometemos seguir informando-. Pero a Moratti le falta algo. "No hay representación española... ¡Vamos, España, no te escondas!".

El Mundo