Tomar el sol en Moscú no es un entretenimiento habitual. Hacerlo a 200 metros de altura y asomada al abismo es una receta peligrosa para ser leyenda. Ángela Nikoláu, una rusa de 23 años, ha bebido esa poción suicida con entusiasmo. Ha logrado 239.000 seguidores en Instagram y es conocida mundialmente por sus fotos extremas. En un país donde las mujeres suelen quedar en un segundo plano en todas las actividades de riesgo, su dimensión en las redes sociales la convierte en princesa de los tejados y reina de los selfies extremos, provocando mareos con sus zapatillas blancas posadas sobre la antena del rascacielos Torre 117 de la ciudad china de de Tianjin (600 metros), luciendo seda al viento en el skyline de Hong Kong o asomada a una cornisa frente al Kremlin.
¿Búsqueda de fama o de adrenalina? Esta moscovita prefiere que sus fotos cuenten su vibrante peripecia vital como roofer, o conquistadores de tejados, el último grito en deporte de riesgo enRusia. El patrón se repite: adolescentes rusos sin apenas noción del peligro trepan por construcciones elevadas, muchas veces edificios históricos casi sagrados. Youtube e Instagram se encargan de difundir la hazaña. Así se forja su popularidad y hasta un modo de vida. Ángela ha sido patrocinada por la agencia de viajes Travel Ticker. El resto de los roofers también picotea en jugosos acuerdos publicitarios.
No es casualidad que la mayor parte de los vídeos o fotos de roofers extremos provengan de Rusia. El rápido crecimiento de algunas ciudades ha propiciado territorios nuevos para explorar en las alturas. La seguridad, pese a las incontables cámaras que vigilan la ciudad, es laxa: los guardas, mal pagados y en ocasiones borrachos, no prestan atención a las pantallas. Las multas son blandas también: cada vez que Ángela sea pillada con los pies en el tejado, pagará una sanción no muy superior a 200 rublos (2,7 euros). En Rusia, son un tipo de celebridad tolerada por las fuerzas de seguridad. A cambio, cumplen normas: no pelean, no rompen nada (salvo algún candado)... Y nunca se meten en política. Y eso que han tenido oportunidades: durante las pasadas elecciones los partidos de la oposición quisieron convencerles de que colocasen una pancarta. Pero nadie aceptó.
Sobre la cima de los rascacielos se ha abierto camino la imprudencia en forma de negocio. Algunos roofers hacen de guías a grupos de dos o tres visitantes con ganas de emociones fuertes. Incluso te pueden organizar una cena romántica a 50 pisos de altura: una manera original de sorprender a tu pareja, aunque el viento siempre apaga las velas.
"No limit, no control" (sin límite, sin control), es el lema de Ángela Nikoláu. Y como fotógrafa autodidacta, su objetivo -además- es lograr las mejores imágenes.No sólo en Rusia: lo ha logrado en la Sagrada Familia de Barcelona, la Torre Eiffel de Parísy la Shanghai Tower de China. Su pasión por la fotografía le viene de muy joven, y jugarse el tipo en las alturas le ha abierto las puertas de la popularidad.Como escudero ha escogido a su novio, Iván Kuznetsov, un año mayor que ella. Lo que el amor ha unido no lo disuelve el vértigo.