Seis hombres y una mujer. Todos tienen 24 años. Se conocen desde los 12 y viven en Córdoba Capital. Juntos se hacen llamar Hecatombe y eso no dice mucho. Pero hicieron La vida en canciones, un video viral que invade las noticias de Facebook y los grupos de WhatsApp y por el que hasta fueron contratados por Netflix para actuar con las estrellas latinas de Orange Is The New Black y Marco Polo. 

"A los 15 años eramos el grupo que hacía las obras sobre los próceres en el colegio. Pero le poníamos mucho humor.
Cambiábamos 'un poquito' la historia para conectar mejor con los chicos, que nada más nos iban a ver para perder horas de clase", cuenta a Clarín Alejandro Bacile. Pero en el último año del secundario --egresaron en 2009 del Fernando Fader-- la historia cambió para ellos: los estudiantes iban a ver la obra, por la obra. "Disfrutaban lo que hacíamos y eso nos impulsó a seguir en esto", recuerda como el inicio de un "pasarla bien entre amigos" que hoy acumula más de 27 millones de visualizaciones en un canal de YouTube con casi 300 mil suscriptores.



"Fue por casualidad que nos convertimos en youtubers. No lo ideamos. Por suerte, nacimos en una generación en la que no hace falta llevar un video a un productor. Con el video terminado, simplemente lo subimos y esperamos a ver qué pasaba", cuenta el cordobés. Y lo que pasó fue un fenómeno viral de más de 1.300.000 visualizaciones en YouTube --a eso hay que sumarle las viralización en Facebook--para La vida en Canciones 1 y más de 1.400.000, para la segunda versión, publicada hace un mes.

Ahora, el desafío  es transformar este fenómeno viral en un medio de vida. "Nos paran en la calle para sacarse selfies. Pero como la fama no viene necesariamente con el dinero... nos seguimos tomando el colectivo", bromea Bacile. "Lo más difícil de trabajar en Internet es cómo hacer para comercializar eso. Cómo hacer que esto se convierta en nuestro trabajo. Estamos en ese proceso, realmente abocados a dejar todo lo otro que estamos haciendo por fuera para dedicarnos a hacer contenido para nuestro canal", detalla. Y sigue: "Con YouTube no hacemos ni ahí la diferencia. Cobramos por las visualizaciones de nuestros videos, sí. Pero no es una ganancia considerable. Siendo siete... perdemos mucho en la repartija".




Para rentabilizar lo que hacen, aprovecharon el mundo virtual y volvieron a las tablas. Cobrando entrada y haciendo más 100 funciones. "Creamos dos obras tradicionales que no tienen intervenciones audiovisuales ni nada que ver con la dinámica de YouTube", dicen: estrenaron Boda por la borda --con temporada en Carlos Paz incluida-- y Desastre en Año Nuevo. A eso hay que sumarle las presentaciones en eventos. Pero, según Bacile, "aún no alcanza para vivir 100% de esto".

"Tenemos trabajos flexibles por fuera de YouTube. Tratamos de no cargarnos de horarios que no nos permitan hacer crecer a Hecatombe, que hoy es nuestra prioridad número 1", agrega. Agustina Suásquita es diseñadora. Agustin Peralta, Agustín Parra y Lucas Lezin estudiaron Comunicación Social y Mateo Pohle Zavala, Cine, Gino Gori es administrador de empresas y Alejandro Bacile, publicista. Los 7 estudiaron teatro y vinieron a Buenos Aires para tomar clases de verano con Augusto Fernández.  En julio se presentaron en Tecnópolis en el marco del Social Artist Tour, junto al resto de los youtubers más famosos del país.
También les enseñaron a las actrices Selenis Leyva, Dascha Polanco, Elizabeth Rodriguez y Jackie Cruz, de Orange is the New Black, cómo preparar fernet, bailar cuarteto y hasta a hablar en cordobés básico:


 

Para lograr La vida en canciones 2, hubo 4 días de rodaje, de 5 a 6 horas por jornada y otros 5 días de edición. Si bien ellos son sus propios guionistas, sus propios editores de video y directores, "claramente, cada uno tiene su rol. Algunos más de productores, otros más de guionistas, otros más de editores y los chicos que saben más de cámara y dirección hacen lo suyo". Pero las decisiones pasan por los siete.

"No inventamos nada. Es algo que ya hacía Midachi en algún punto. Pero, sinceramente, no nos gustaba y pensamos que eso tenía potencial para hacerse mucho mejor que agarrar una peluca y cualquier tema", concluyen sobre por qué desde Córdoba Capital terminaron atendiendo una llamada del servicio de streaming de video más importante del mundo.