Antes de la votación, Rousseff se defendió y denunció "un golpe de Estado" en su contra
- 29/08/2016 18:10 hs
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La suspendida presidente de Brasil compareció este lunes en la Cámara alta y respondió a las acusaciones de cada uno de los senadores. Negó los cargos en su contra, y en las próximas horas se definirá su futuro
Este lunes Dilma Rousseff se defendió en el Senado en el marco del juicio político en su contra que podría poner fin a su mandato. Durante la extensa sesión que estuvo dividida en dos partes, con un cuarto intermedio al mediodía, la suspendida presidente de Brasil denunció un "golpe de Estado" en su contra y advirtió que el futuro del país está en juego.
La jefe de Estado acusó a la oposición "conservadora" de usar cargos inventados en su contra para "destruirla" y "retrotraer los avances sociales logrados en los últimos 13 años".
La dirigente del Partido de los Trabajadores (PT), acusada de violar leyes presupuestarias, señaló que la élite económica y la oposición política brasileña buscaron desestabilizar su gobierno desde su reelección en 2014.
En un emotivo discurso, Rousseff, de 68 años, negó los cargos y recordó la persecución que sufrió durante la dictadura militar que gobernó el país entre 1964 y 1985.
Consideró además que el proceso de juicio político, que lleva nueve meses y paralizó la política del país, es un complot para derrocarla y proteger los intereses de las clases privilegiadas de Brasil.
"Lo que estamos a punto de presenciar es una violación grave de la Constitución y un verdadero golpe de Estado. (…) Yo no cometí los delitos de los que se me acusa arbitrariamente", aseveró.
Por su parte, la mandataria advirtió que un gobierno conservador reduciría drásticamente el gasto en programas sociales, revirtiendo los avances en la lucha contra la pobreza.
"El futuro de Brasil está en juego", alertó.
Una profunda recesión que muchos brasileños le achacan a su gobierno y un gigantesco escándalo de corrupción en la petrolera Petrobras minaron la popularidad de Rousseff desde que fue reelegida.
Su vicepresidente, Michel Temer, está ejerciendo la presidencia de forma interina desde mediados de mayo, cuando Rousseff fue suspendida luego de que el Senado decidiera avanzar con el proceso de juicio político que comenzó en la cámara Baja.
El Senado tiene previsto votar el martes o el miércoles si condena a Rousseff y la remueve de su puesto. Si es destituida, Temer continuaría oficialmente como líder de Brasil durante el resto del mandato, que se extiende hasta 2018.