Su historia es una de las tantas que recorrieron el mundo tras el terremoto que la semana pasada
golpeó con fuerza el centro de Italia y provocó hasta ahora alrededor de 290 muertos. Su nombre es Giulia Rinaldo, tenía 9 años y al sentir el temblor protegió con un abrazo a su hermana menor, Giorgia, de 4.
Así la encontraron horas después los rescatistas, que pudieron dar con ambas nenas y darse cuenta que la más chiquita de las dos aún estaba con vida porque el cuerpo de la más grande le había funcionado como escudo.
Giulia no tuvo la suerte de la hermana. Los fuertes golpes que sufrió durante el sismo terminaron con su vida. Ayer, en un funeral multitudinario, la niña fue despedida con lágrimas y orgullo, mientras su hermanita se recupera en el hospital, de acuerdo al diario
Corriere della Sera.
Ayer también uno de los rescatistas que encontró a las dos niñas e hizo todo lo que pudo para rescatarlas de los cascotes que las cubrían por completo, escribió una carta para Giulia, en la que le pide disculpas por no haber conseguido salvar su vida, por no haber llegado a tiempo.
Dice Andrea, el autor de la desgarradora misiva:
"Hola pequeña, solo di una mano para sacarte de esa prisión de escombros. Perdónanos por haber llegado tarde, lamentablemente ya habías dejado de respirar. Pero quiero que sepas, desde allá arriba, que hicimos todo lo posible para sacarte de allí.
Cuando regrese a mi casa en L´Aquila sabré que hay un ángel que me mira desde el cielo y de noche serás una estrella luminosa.
Adiós Giulia, aunque nunca me conociste te quiero mucho".