En pantalla, las escenas de alto voltaje erótico no siempre se corresponden con lo que en realidad sucedió en el set. Son muchas las historias de actores que no la pasaron tan bien intentando darle verosimilitud a un momento de intimidad junto a un partenaire con el que no se "tiene piel" o existe un rechazo implícito o explícito. Sin embargo, ese no parece ser el caso de Eva De Dominici y Leonardo Sbaraglia .

Durante el rodaje de Sangre en la boca, ambos actores se vieron obligados a enfrentar varias escenas muy calientes, y parece que los dos le pusieron mucha onda para que el asunto no se volviera una tortura. La novia de Joaquín Furriel, por ejemplo, se deshizo en elogios hacia su galán cuando le preguntaron cómo había sido filmar esos momentos de sexo desenfrenado, y Sbaraglia le devolvió las gentilezas.

"El director estaba como obsesionado con nuestros cuerpos. (risas). Yo no la veía tan El último tango en París a esta historia, pero evidentemente él sí", le contó el actor a la revista Luz. "Y en ese viaje, debo decir que fue un verdadero lujo tener a Eva al lado. Sobre todo porque era una de sus primeras experiencias tan expuestas y la llevó lo más bien. Se merece todos los aplausos".

También, Sbaraglia dio detalles del método que utilizaron para llegar listos a rodar las escenas más hot de la película: "Lo bueno es que pudimos ensayar bastante. Fuimos quemando erotismo ahí. ¡Y sí!, tenés que quemar libido y erotismo, no deja de ser dos cuerpos desnudos. Para eso, el humor siempre es clave. 'Este no soy yo, estoy así por el frío', le decía (a Eva)".

A diferencia de su compañera -quien aseguró que Furriel no sentía celos al verla en pantalla porque entendía su trabajo-, el actor no se mostró tan convencido de que su mujer, la artista plástica Guadalupe Marín, vea la película. "Creo que no tiene mucho sentido que Guadalupe la vea. No quiero predisponerla, que ella decida. Como dirían en televisión, 'lo dejo a su criterio'", dijo.