Omran Daqneesh tiene cinco años y sobrevivió a un bombardeo. Su imagen sentado en la ambulancia con su rostro ensangrentado dio la vuelta al mundo.
Una imagen que conmueve al mundo. Otra vez un niño. Otra vez Siria. Omran Daqneesh tiene cinco años y ayer sobrevivió a un bombardeo en Aleppo. Por estas horas, su rostro ensangrentado está dando la vuelta al mundo.
Lo conmovedor de Omran es su actitud ante el horror. No llora, no grita. Omran está aturdido. La imagen comenzó a circular en las redes sociales y causó estupor.
Horas más tarde se conocieron imágenes de video en las que se lo puede apreciar cómo, con los pelos revueltos, la cara cubierta de polvo y con un ojo comprometido, Omran toca su rostro y mira su mano: tiene sangre. Intenta limpiar sus dedos en el asiento de la ambulancia donde los paramédicos lo sentaron a la espera de las primeras curaciones mientras rescatan a otros niños. Las imágenes fueron difundidas por el grupo activista Alepo Media Center.
Omran fue rescatado junto a sus tres hermanos (de uno, seis y once años), su mamá y su papá del edificio de departamentos donde vivían en el distrito rebelde de Qaterji, que quedó parcialmente destruido. Ninguno de ellos sufrió heridas graves pero el inmueble se derrumbó poco después.
Equipos de rescate y reporteros llegaron a Qaterji poco después del ataque y comenzaron a sacar a personas de entre los escombros. "Los pasábamos de un balcón a otro", dijo el fotoperiodista Mahmoud Raslan, autor de la icónica imagen. Antes de tomar en brazos al pequeño herido pasó junto a tres cuerpos sin vida.
"Pusimos a los más pequeños de inmediato juntos en la ambulancia, pero la niña de once años años esperó a que su madre fuese rescatada. Tenía un tobillo atrapado bajo los escombros'', apuntó Raslan.
Tras ser atendido en el hospital "M10", el menor fue dado de alta. Lo llamativo es que en Aleppo los médicos utilizan nombres en código para los centros de salud porque aseguran haber sido blanco sistemático de ataques aéreos por parte del régimen de Bashar Al Assad. Un médico del centro de salud dijo más tarde que ocho personas fallecieron por las bombas, incluyendo cinco niños.
Aleppo es desde hace semanas blanco de intensos combates entre los rebeldes sirios y las fuerzas leales a Al Assad, que cuentan con el apoyo de Rusia. Como consecuencia, las zonas dominadas por los rebeldes quedaron literalmente aisladas con dos millones de civiles, entre los que se calcula que hay al menos cinco mil niños, atrapados sin comida ni medicamentos y esperando con terror que una bomba no les caiga cerca.
Los activistas que residen en zonas opositoras confían en informantes en la provincia de Latakia, controlada por Damasco, para advertir a los residentes de ataques aéreos inminentes. El miércoles por la noche, un informante en la zona dijo a redes activistas que un avión había despegado de la base aérea rusa en Hmeimim. "Esperamos que el avión llegara al espacio aéreo de Aleppo en dos minutos, y lo hizo", dijo Raslan. "Atacó dos veces".
La imagen desoladora de Omran recuerda al del niño sirio Aylan Kurdi, cuya imagen ahogado en la playa turca de Bodrum dio la vuelta al mundo y se convirtió en un símbolo de la tragedia de los refugiados sirios que intentan llegar a Europa.