Aunque la palabra sommelier sugiere sofisticación, cualquiera que lo desee puede comenzar a degustar vinos siguiendo algunos consejos simples, como beber en un copón de tallo largo y elegir el vino según la comida que se quiere acompañar.
"Tomar en un copón permite oxigenar el vino para que desprenda mejor sus aromas, y al quedar la nariz dentro de la copa, éstos se aprecian mejor; pero además, si tomamos la copa por el tallo no le quitamos temperatura al vino", explicó a Télam Natalia Álvarez, responsable de marketing y consumo responsable de Bodegas de Argentina.
La temperatura es otro factor a tener en cuenta: el vino tinto debe consumirse entre los 14 y los 16 grados centígrados, el blanco entre los 10 y los 12, y el espumante idealmente a 9 grados. "La temperatura ideal hace que se pueda apreciar mejor el vino", agregó Álvarez, "El tinto tiene mas peso, si está demasiado frío no se sienten sus aromas, pero si se toma a temperatura ambiente se 'quema' y se siente más lo alcohólico que los otros olores".
Los blancos, en cambio, son más ligeros y frescos, y se toman más fríos justamente para apreciar mas sus aromas.
En tercer lugar, hay que maridar correctamente, y para esto hay una regla simple y útil: las comidas de sabores intensos van bien con los vinos intensos y las comidas ligeras combinan mejor con los vinos ligeros.
"Los tintos, que tienen más estructura y peso, pueden acompañar las carnes rojas. Un clásico es el malbec con el asado, pero también marida bien con carne a la parrilla o al horno, con pastas con salsa roja o con un risotto intenso. Los blancos, en cambio, van bien con pastas con salsa blanca o más frescas, como la mediterránea, o con carnes blancas como el pescado y el pollo", continuó la especialista.
Para los postres se mantiene la regla de la intensidad: un postre de chocolate marida bien con un espumante, mientras que un postre cítrico o frutal -no tan dulce- combina mejor con un vino blanco dulce, como los cosecha tardía.
"Los blancos cosecha tardía también van bien con una tabla de quesos intensos como el brie o el camembert, por el contraste, y los tintos más jóvenes son buenos para acompañar picadas, casi como un aperitivo", agregó Natalia Álvarez.
La edad del vino también hace a su sabor y aroma. La experta recomienda empezar por los más jóvenes, que son más "ligeros, frescos y amigables", mientras que los más viejos o de alta gama son para "degustar y tomar despacio".
Otro consejo importante para apreciar el vino y aprovechar sus efectos beneficiosos para la salud es beber con moderación, "no más de dos copas diarias", apuntó Álvarez, "El vino potencia el colesterol bueno y tiene el antioxidante que está en la piel de la uva, el resveratrol, que ayuda a la no coagulación de la sangre, pero es importante beber de forma sana y responsable, con una buena comida e hidratándose, por una copa de vino, una de agua".
Si se bebe con moderación pero aún así queda algún malestar, como dolor de cabeza, puede deberse a la presencia excesiva de sulfitos, un componente que se agrega al vino para facilitar su conservación, y que algunos espumantes contienen más de lo debido.
"También influye en qué condiciones lo consumimos, si estamos cansados, mal dormidos, o no nos alimentamos ni hidratamos, seguramente nos sentiremos mal", agregó.
Más allá de las recomendaciones para una buena degustación, Álvarez expresó: "El vino te gusta o no te gusta", por lo que no se trata de seguir al pie de la letra una serie de reglas, sino de gustos.
Bodegas de Argentina es una cámara empresaria que reúne a los principales productores de vino del país y es responsable a nivel local del programa internacional Wine in Moderation, que impulsa el consumo responsable de esta bebida.
Pero, ¿cuánto vino es demasiado? Según este programa, las mujeres no deben beber más de dos copas diarias, los hombres más de tres, y nadie debe consumir más de cuatro "en ninguna ocasión".