Porto Seguro es una ciudad del nordeste brasilero, a 800 km al norte de Río de Janeiro y aproximadamente a 3100 Km de Río Cuarto. Fue declarado oficialmente el punto de llegada de los
portugueses en Brasil, donde Pedro Álvarez Cabral atracó en el 1500 para incorporar estas tierras al imperio portugués.
Varios puntos turísticos están cerca, las playas de Taipe y Pitinga consideradas entre las 10 más lindas de Brasil, Trancoso, Praia do Expelo.
Una actividad recomendable es visitar Arraial D´Ajuda con su centro histórico y posadas elegantes. Para cruzar el río Buranhém lo más rápido y económico son las balsas que hacen el trayecto en unos 10 minutos, de día y de noche.
Si la decisión es quedarse en el lugar, una de las playas más populares es Taperapuá ya que allí se pueden realizar desde
actividades acuáticas como
kayak y
paseos en el banana boat, hasta un
paseo en helicóptero. Sus olas son suaves ideales para ir con niños.
Allí aparecen los vendedores ambulantes, todos con una sonrisa dibujada en su rostro marcado por el sol, algo seguramente querrás comprar, por ejemplo una hamaca paraguaya a 130 reales, 260 reales una alfombra de coco para el living, o alguna tentación gastronómica como una rica langosta a 35 reales, brochetas de camarones a 20 reales, milo (choclo) 5 reales .
Si la idea es tomar algo típico con menos de 20 reales te preparan una caipiriña o cerveza a 7 reales la lata.
A la tardecita es obligado el paseo por el centro, podés ir desde la zona de hoteles en el colectivo urbano a 2.90 reales por persona o se puede arreglar con el taxista entre 40 y 20 reales.
Los precios allí en una pizzería por ejemplo no son locos, una pizza cuesta 35 reales promedio, cerveza botella 9, y una lata de gaseosa 4,50 reales.
Así como en cada rincón del mundo uno puede encontrar un argentino viviendo, Porto seguro no es la excepción, allí encontramos a dos cordobeses.
Fabián Pereyra, llevaba una remera con el nombre de nuestra provincia bordado en el pecho, frente a una pizzería, repartiendo buena onda e invitando a los transeúntes para que prueben la típica pizza del lugar, con el borde relleno.
En otro lado, al fondo de uno de los shoppings aparecía Cesar Grecco, quien se fue a vacacionar hace unos cuantos años y tras formar pareja con una bahiana se quedó para siempre. César en ese mueble de su pilchería armó lo que llama su santuario, con una botella de fernet y un jarro del Talleres de sus amores. Juntos, forman parte de un grupo de WhatsApp de argentinos que viven en el lugar con quienes se reúnen para ver partidos, para comer asados o simplemente para tomar mates.
Porto seguro, dicen los cordobeses que viven allí es su lugar en el mundo, por el humor de los lugareños y su forma de vivir.
Marcelo Borra