El primer ministro turco, el islamista Benali Yildirim, afirmó que el Gobierno recuperó el control del país, en medio de una fuerte incertidumbre; la mayoría de las víctimas son civiles.
Los muertos por los enfrentamientos durante el intento de golpe en Turquía ascienden a 265, mientras que más de 1000 personas resultaron heridas.
Entre los fallecidos hay 161 civiles o miembros de las fuerzas de seguridad fieles al Gobierno. Además, murieron 104 golpistas, según círculos gubernamentales.
Después de una noche de explosiones, batallas aéreas y disparos, además de una fuerte incertidumbre, el gobierno de Turquía afirmó esta mañana que recuperó el control del país después del intento de golpe militar que se inició anoche y que terminó con casi 3000 militares detenidos.
"La situación está bajo control", aseguró hoy el primer ministro, Binali Yildirim, al señalar que 20 soldados golpistas han muerto, lo que contradice la cifra ofrecida poco antes por el propio Ejército turco de 104 fallecidos. Cientos de militares implicados en la violenta intentona golpista se rindieron hoy. Hay más de 1100 heridos, según la agencia turca Anadolu.
Yildirim describió la noche como "una mancha oscura para la democracia turca" y atribuyó la insurrección a una "organización terrorista paralela".
Ümit Dünar, nombrado esta mañana jefe interino del Estado Mayor de Turquía (el titular, general Hulusi Akar, había sido secuestrado por los golpistas) declaró hoy fallida la asonada militar.
"El intento de golpe de Estado fue rechazado desde el inicio por la comandancia (del Ejército). Una solidaridad histórica en Turquía hizo fracasar el intento golpista", aseveró Dünar.
Por su parte, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se mostró seguro de la derrota del golpe. "Turquía no será gobernada por el Ejército", dijo el mandatario, que anunció una "limpieza absoluta" de la institución.
El primer ministro informó que los arrestos entre los militares continúan, después de la detención de 2839 golpistas pertenecientes a las Fuerzas Armadas. Además, fueron apartados de sus puestos cinco generales y 29 coroneles. Erdogan afirmó que los golpistas forman una minoría en el Ejército. Esta mañana continuaban las operaciones contra ellos en el cuartel general del Ejército de Ankara.
El nuevo jefe del Ejército anunció la expulsión de la formación de los seguidores del predicador exiliado en Estados Unidos Fethullah Gülen, a quienes Erdogan responsabilizó del intento de golpe. "Aquellos que traicionan a su Estado y a su país no quedarán sin un fuerte castigo", dijo Dündan, que aseguró que el pueblo turco defendió la democracia.
Gülen, sin embargo, condenó el golpe. "Los gobiernos deben ser ganados a través de un proceso de elecciones libres y justas, no a la fuerza", dijo. El predicador, que es considerado terrorista en Turquía, fue cercano a Erdogan pero ambos se distanciaron en 2013.
Sesión extraordinaria en el Parlamento
Yildirim convocó para esta tarde a todos los partidos a una sesión extraordinaria en el Parlamento. Tanto el partido de Erdogan, el conservador islámico AKP, como los otros tres opositores representados en el Parlamento -CHP, MHP y el kurdo HDP- se posicionaron en contra del intento de golpe.
El AKP ha ganado todas las elecciones en Turquía desde 2002. Erdogan es un importante aunque controvertido socio de la Unión Europea en la crisis de los refugiados. El mandatario avanzó en los últimos tiempos hacia un sistema fuertemente presidencialista centrado en su persona, con una fuerte tendencia hacia el islamismo.
Horas sangrientas e inciertas
Ayer, mientras caía la noche en Turquía, parte de las Fuerzas Armadas turcas iniciaron un intento de derrocamiento contra Erdogan que, según afirmaron, tenía entre sus objetivos restablecer el orden constitucional, la democracia y los derechos humanos. El Ejército turco se considera garante de la Constitución secular y en las últimas décadas dio varios golpes contra gobiernos civiles.
En un primer momento, durante la noche, se dijo que que los golpistas habían tomado el poder. El Palacio Presidencial lo negó y aseguró que Erdogan no fue derrocado. "Un grupo dentro de las Fuerzas Armadas, fuera de la estructura de comando, intentó un golpe contra el Gobierno elegido democráticamente", se indicó.
Erdogan, a través de una videollamada con la filial local de CNN, llamó al pueblo a unirse contra los golpistas y muchos de sus seguidores le siguieron. Decenas de miles de ciudadanos salieron después a las calles de Ankara y Estambul enarbolando banderas turcas para rechazar el golpe.
Los golpistas bombardearon con cazas y helicópteros el palacio presidencial, el Parlamento y la Dirección de Seguridad en Ankara.
En torno a esos edificios, así como a la sede del Estado Mayor, se produjeron violentos enfrentamientos entre los golpistas, por un lado, y policías, gendarmes y soldados leales al gobierno, por el otro.
Entretanto, en las últimas horas quedaron liberados los puentes de Estambul sobre el Bósforo, que habían sido bloqueados anoche con tanques de los golpistas. También las sedes de las emisoras de televisión TRT y CNNTürk quedaron libres de militares tras ser ocupadas temporalmente. El jefe del Estado Mayor, Hulusi Akar, fue liberado y trasladado en helicóptero a un centro de crisis.