Lo de ellos es tan magnético que en algunos casos parece haber traspasado la pantalla.
1. Carrie Mathison y Nicholas Brody en Homeland
Abordar esta serie desde un ángulo romántico no parece ser, a simple vista, la primera opción. Sin embargo, Homeland narra, entre muchas otras cosas, el comienzo y desarrollo de un vínculo maldito que no parece destinado a concretarse. Ella padece de un trastorno bipolar que por momentos compromete su trabajo como agente de la CIA y él es un ex prisionero de guerra sospechado de haberse convertido en terrorista. Es Carrie quien monitorea a Brody desde su casa y es Carrie quien, una vez que ya no tiene ese poder, ocasiona un encuentro aparentemente espontáneo no sólo para mantenerlo cerca sino también para seguir conservando una extraña dependencia. Las interacciones entre Claire Danes y Damian Lewis son extraordinarias y fluctúan entre un romanticismo depurado (los encuentros en cabañas, en los bosques) y una ferocidad desbordante (presente en el superlativo cierre del episodio "New Car Smell" de la segunda temporada), producto de esa imposibilidad para que los mundos de sus personajes eventualmente compatibilicen.
2. Piper Chapman y Alex Vause en Orange Is the New Black
Si bien en la novela autobiográfica de Piper Kerman, la autora evita mencionar a quien fue su pareja durante años, la brillante producción de Netflix basada en su relato, concentra gran parte de su atractivo en el vínculo entre Piper y Alex. Ese vínculo es, cuanto menos, complejo. En una etapa de experimentación – aunque sabemos que en el fondo fue mucho más que eso -, Piper conoce a Alex en un bar, se enamora, y acepta sin reparos ayudarla con algunos pormenores del negocio del contrabando. Al llegar el hastío, Piper rehace su vida con Larry y comienza a planear su casamiento hasta que el pasado le pisa los talones cuando, por esas viejas cooperaciones, es enviada a prisión. Orange Is the New Black es una apuesta diferente por muchos motivos que van desde darle protagónico a un grupo variado de mujeres (con historias autónomas y en su mayoría igual de interesantes) hasta cómo observa la sexualidad con bienvenida ironía, con actitud desprejuiciada. En ese aspecto, Laura Prepon en el papel de Alex enaltece la interpretación de Taylor Schilling, la otra cara de esa pareja que, como lo podemos comprobar desde el inicio, nunca pareció haberse soltado las manos, como bien argumenta el personaje de Prepon: "cuando te conectás verdaderamente con alguien, eso no se va nunca".
3. Olivia Pope y Fitzgerald Grant en Scandal
Así como en Homeland la química entre los protagonistas es sostenida pero no continuamente mostrada y en Orange is The New Black el eje de atención va variando con el correr de los capítulos, en Scandal nos encontramos con una telenovela que no se avergüenza de serlo. Por el contrario, una vez que Shonda Rhimes comprobó dónde residía el encanto de su producción, hizo circular todos los puntos narrativos hacia una misma dirección: el vínculo entre Olivia Pope (una fantástica Kerry Washington) y Fitz Grant (un sorprendente Tony Goldwyn), uno tan apasionado como ineludible. Cuantos más obstáculos encuentren para poder disfrutar de su relación con plenitud, más cautivos mantienen a los espectadores. "Sos el Presidente de los Estados Unidos, siempre vas a estar lejos". le grita Oliva a Fitz en el video que podrán ver aquí abajo y, con esa premisa, Scandal va reflejando la paradoja de las relaciones imposibles: uno quiere evitarlas, mantenerlas a distancia, pero la mayoría de las veces se escapan de las manos y nos dejan sin control.
4. Juan Cousteau y Aurora Andrés en Solamente vos
Una de las razones del éxito de Solamente vos es que respeta las condicionas básicas de una telenovela diaria (especialmente la de prolongar los encuentros románticos de sus protagonistas) sin que se llegue nunca al momento del tedio. Es decir, que aunque haya habido que esperar meses para que Aurora abra los ojos y tome la decisión que todos intuíamos que iba a tomar, la paciencia que se le pide al espectador siempre es recompensada. La química entre Adrián Suar y Natalia Oreiro es ingenua y adorable, y ambos interpretan a sus personajes como si hubiesen salido de una screwball comedy, protagonistas de un tira y afloje donde se lucen las expresiones de Suar y el incuestionable carisma de Oreiro. Asimismo,Solamente vos también se apoya en la música para retratar los vaivenes de la relación entre Juan y Aurora y, cuando lo hace, se vuelve aún más encantadora.
5. Diego Moreno y Julia Malaguer en Resistiré
¿Quién puede escuchar "Down with my baby" de Kevin Johanssen y no remitirse, automáticamente, a Celeste Cid y Pablo Echarri? Imposible no hacerlo. Es cierto que, viéndolo en retrospectiva, el impacto de Resistiré logró trascender esos primeros capítulos - donde las miradas entre Diego y Julia ya eran suficientes como para que entendiéramos que lo de ellos era efectivamente fogoso -, debido a que la historia del villano Mauricio Doval (un Fabián Vena increíblemente desatado) fue la que ocupó casi un espacio central del programa. Desde el corte de pelo de Cid, pasando por la misteriosa alimentación del personaje de Vena, hasta los vestidos negros que lucía Carolina Fal, Resistiré nos mostró una gran historia y, al mismo tiempo, fue icónica en esos detalles que hacen que hoy, justo una década después de su primera emisión, continúe siendo memorable.