El sexo mira, una vez más, a Oriente, atraído esta vez por las grandes alharacas que acompañan al 'mindfulness,' una técnica capaz de conseguir la atención plena en cualquiera de nuestros empeños. También en el terreno sexual.
El sexo mira, una vez más, a Oriente, atraído esta vez por las grandes alharacas que acompañan al 'mindfulness,' una técnica capaz de conseguir la atención plena en cualquiera de nuestros empeños. También en el terreno sexual. ¿El resultado? Placer más intenso, mejores erecciones y orgasmos que se prolongan hasta 15 minutos. Bueno, esta última es solo promesa de algunos gurús y la confirmación de un trabajo reciente de la Universidad McGill de Montreal que concluye que las publicaciones sobre los beneficios terapéuticos del 'mindfulness' tienden a inflar los efectos positivos.
Cualquier sexólogo echaría por tierra esta posibilidad. También Diego Jiménez, director de la Escuela Tántrica: "Un orgasmo de 15 minutos... ¡Imposible, si no es con ayuda de autohipnosis! En cualquier caso, el orgasmo se origina en el cerebro y hay personas capaces de tenerlo tan solo con desearlo".
De lo que no tiene duda Jiménez es que la atención plena aporta a quien la practica orgasmos más potentes y duraderos, una sensación más intensa. "Es la actitud que deberíamos tener siempre en cada encuentro sexual. Atención plena en cada uno de nuestros cinco sentidos, sin pensar en nada más, solo sintiendo, escuchando el cuerpo del otro".
Y en ello está la legión de amantes y parejas que se van apuntado al 'mindfulness' sexual desde hace unos diez años. Los maestros de esta práctica dicen que unos llegan hastiados de una vida sexual reducida a pura masturbación con el cuerpo del otro. Los hay que buscan en la sexualidad consciente una forma de solucionar sus dificultades sexuales y de volver al comienzo, al tiempo en el que una caricia te hacía sentir. Con un propósito u otro, esta forma de meditación milenaria y lejana enseña a escuchar el cuerpo, a estar presente con los cinco sentidos y a abandonarse a las sensaciones, eliminando mensajes negativos.
El 'mindfulness' sexual no entiende de sexos, ni circunstancias. A la Escuela Tántrica acuden solteros en busca de nuevas sensaciones, casados tratando de enriquecer su vida sexual y, en general, personas que han empezado a dedicarse un tiempo a ellas mismas. Pero, sin duda, el público femenino ha demostrado ser mucho más devoto. La razón es que a ellas les cuesta más llegar al orgasmo en pareja y buscan en este aprendizaje el modo de compensar su dificultad para dejarse llevar por la experiencia sexual y ceder por un momento el control, según cuenta Jiménez.
Curiosamente, en la Escuela Tántrica nos confirman que las mujeres se muestran más entusiastas con este tipo de entrenamientos enfocados a su sexualidad y, como alumnas, juegan con una ventaja: "Aunque tienen mayor impedimento a la hora de dejar marchar los pensamientos y a dejar que su mente y cuerpo se abandonen al placer, en general saben disfrutar mucho más de su piel, del tacto, de los olores... El hombre se queda en los genitales. Tiene mucho más que aprender en este aspecto".
Al final, son estos escollos y reparos los que generan muchas de las disfunciones sexuales. La persona, en lugar de disfrutar del instante, se preocupa por su erección, por alcanzar el orgasmo, por retardar la eyaculación. Son imposiciones que distorsionan. "La sexualidad consciente, por el contrario, le indica cómo controlar las áreas cerebrales vinculadas con el placer y cómo hacer del orgasmo un modo diferente de meditación", explica el maestro de mindfulness. El principal beneficio es el encuentro con el disfrute sexual, en solitario o con la pareja, con la consciencia plena de lo que ocurre en ese instante. "El pensamiento se detiene ahí. Disfrutando de lo que está viviendo y deleitándose con cada una de las sensaciones del cuerpo", concluye.
Pero, como dice el psicólogo Daniel Goleman, la atención es un músculo que hay que ejercitar. Y si hubiese que resumir la práctica de mindfulness sexual en un manual básico, estos serían los tres pasos imprescindibles de entrenamiento:
Habría que iniciar la sesión con unos ejercicios de respiración básicos, controlando el ritmo de tal modo que ayude a dejar que se vayan los pensamientos y a centrarse en las sensaciones que va percibiendo el cuerpo. El 'mindfulness' es tomar consciencia de las emociones y los pensamientos propios sin juzgarlos, ni como buenos ni como malos. Una vez lograda la atención plena, todos aquellos factores que distorsionan el acto sexual se disipan de inmediato.
El objetivo siguiente sería fortalecer la musculatura pubococcígea con ejercicios de contracción y relajación, especialmente importantes para la mujer. Además de ayudar a aumentar la autoestima y la intensidad de los orgasmos, aprenderá a controlar la fricción durante el coito. Si estos ejercicios se realizan durante el sexo, son muy eficaces y hacen el entrenamiento mucho más ameno.
Por último, unas técnicas de meditación, tal y como se hace con el mindfulness ordinario, y un aprendizaje del placer con el tacto y el resto de los sentidos.
¿Número de sesiones? Más que de números habría que hablar de actitud frente al sexo y frente a la vida. Hay quien hace de esta práctica algo más o menos cotidiano por las sensaciones positivas que siente después de cada entrenamiento. En cualquier caso, los efectos son inmediatos desde el primer encuentro con el mindfulness. La persona aprende a sentir de una manera más consciente, saboreando cada instante sexual o no sexual.