Me retracto. Tal vez los fantasmas de aquel histórico y triste momento para el fútbol argentino no se entierren jamás. Esa imagen de la enfermera Susan Carpenter llevándose de la mano a Diego Maradona para el control antidoping nunca se olvidará. El posterior “me cortaron las piernas” quedará inmortalizado en cada comentario que refiera al Mundial de Estados Unidos 1994.
Igualmente, al menos a partir de ahora, el recuerdo más reciente que tendrá el pueblo argentino sobre el ex Foxboro Stadium (hoy Gillette Stadium) de Boston será el 4 a 1 que la Selección nacional le propició a Venezuela para clasificar a las semifinales de la Copa América Centenario.
Argentina volvió a mostrar su poderío ofensivo dejando en claro que la mayor virtud de este equipo es la efectividad y el talento goleador de sus delanteros. Con dos tantos de Gonzalo Higuaín a los 27 minutos del primer tiempo ya ganaba 2 a 0 un partido que a priori se presentó cerrado y con una selección Vinotinto que propuso un juego brusco y aguerrido.
Sobre el cierre de la primera parte los dirigidos por Gerardo Martino bajaron en intensidad y Venezuela arrinconó a la Argentina contra el arco de Sergio Romero, que de no ser por él, quizás el resultado tras el descanso era más ajustado. ‘Chiquito’ respondió notablemente ante los remates de Rolf Feltscher y Salomón Rondón. Además, le atajó un penal a Luis Manuel Seijas.
En el segundo tiempo Argentina continúo igual. Control de pelota, presión y orden. A los 13 minutos del complemento Venezuela sorprendió y descontó con un cabezazo de Rondón, pero segundos después Lionel Messi trianguló con Nicolás Gaitán tras la presión de Higuaín sobre la última línea venezolana y puso el 3 a 1.
Con su gol, el Diez llegó a 54 tantos con la Selección e
igualó a Gabriel Omar Batistuta como máximos goleadores históricos de la albiceleste. Que pecho frío que es, ¿no? Pocos minutos después asistió a Erik Lamela para el 4 a 1 definitivo.
Ahora se vendrán las semifinales y EE.UU., el equipo de Jürgen Klinsmann. El local perdió en el debut del torneo frente a Colombia, pero después encadenó tres victorias consecutivas que lo encarrilaron para estar entre los cuatro mejores. Los norteamericanos llegarán con 48 horas más de descanso que la Argentina, aunque no podrán contar con tres de sus habituales titulares (Bobby Wood, Jermaine Jones y Alejandro Bedoya), sancionados por tarjetas.
El equipo de Martino jugará las semifinales como el único seleccionado invicto y que ganó todos sus compromisos, sin embargo, este grupo de jugadores sabe que llegar a otra final ya no alcanza.
El fantasma de Foxboro Stadium quedó atrás, pero los recuerdos de las finales perdidas contra Alemania y Chile siguen revoloteando. Son 23 años sin títulos, pero las rachas están para romperse y el terror de los récords ajenos juega de celeste y blanco. Ojalá podamos aprovecharlo.
Nicolás Grimalt