El ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, afirmó que la producción del cereal se ampliaría a 52,9 millones de toneladas en la cosecha 2016/2017 por un incremento del 20% en el área sembrada, que desplazará a otros cultivos, principalmente la soja.
La cosecha de maíz de Argentina en la temporada 2016/2017 crecería hasta 52,9 millones de toneladas por un incremento del 20% en el área sembrada, que a su vez provocaría una baja en la producción de soja, dijo el viernes en una entrevista con Reuters el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile.
La producción argentina del cereal totalizó 37,9 millones de toneladas en el ciclo 2015/2016.
Argentina es el cuarto exportador mundial de maíz, el mayor exportador global de aceite y harina de soja y el tercer proveedor del poroto sin procesar.
"Estimamos que vamos a tener un aumento de área de siembra (de maíz) de alrededor del 20% y esto nos va a dar, todavía hay unas estimaciones contradictorias porque estamos terminando la campaña, pero podemos tenerentre 10 y 15 millones de toneladas más de maíz", afirmó Buryaile aReuters al margen del Foro Económico Mundial en la ciudad colombiana de Medellín. El gobierno incluye al cereal que no tiene destino comercial (forrajero) en sus estimaciones.
"Pero vamos a tener una disminución obviamente del área de soja como consecuencia del aumento de la producción de maíz y estimamos que de las 60 millones que había, seguramente caerá a 55 millones de toneladas la producción de soja", precisó.
En trigo, el ministro argentino de Agroindustria estimó un aumento de la cosecha de alrededor de un 50%, a entre 15 y 16 millones de toneladas, desde la producción previa de 10,5 millones de toneladas.
Buryaile consideró que el aumento en la producción de trigo y maíz demandará inversiones adicionales por parte de los empresarios de unos400 millones de dólares en la presente cosecha.
El ministro anunció que la próxima semana se tomará una decisión sobre el pago de regalías de semillas desarrolladas por Monsanto.
"Yo tengo toda la predisposición de llegar a un acuerdo y si así no fuere las reglas del juego será para todos igual", aseguró.
"Básicamente lo que decimos es que el Estado controla la legalidad de las semillas, poniendo las reglas del juego de cómo se arbitra y las empresas privadas trabajando y ganando dinero como corresponde", concluyó.