La primera fase de la Copa América Centenario ya es historia y Argentina cerró su grupo
derrotando a Bolivia por 3 a 0 casi sin transpirar. Partido ideal para probar esquemas, darle descanso a algunos soldados y otorgarle minutos a otros.
Sólo se necesitó del primer tiempo para liquidar el pleito. Con Éver Banega y Matías Kranevitter distribuyendo el juego desde el centro, Erick Lamela participando de la creación y Ezequiel Lavezzi muy movedizo por el frente de ataque, la Selección controló el ritmo del encuentro sin sufrir ningún imprevisto.
Las ausencias de Javier Mascherano y Marcos Rojo fueron más que previsibles porque habían sido amonestados en partidos anteriores. A la misma lógica respondió el cambio de Lucas Biglia por Banega en el entretiempo. El rosarino recibió tarjeta amarilla y el volante de la Lazio aprovechó para jugar sus primeros minutos en la copa tras el desgarro.
El segundo tiempo estuvo de más. Lionel Messi ingresó por Gonzalo Higuaín para seguir ganando ritmo y para que las 50.000 personas presentes en el estadio del Seattle Sounders FC pudieran añorar ese día por siempre. De todos modos, el diez le puso algo de color al epílogo del partido con un hermoso caño al aquero rival y un par de amagues al jugador boliviano de turno que lo marcaba. Y Bolivia fue la nada misma. Su máxima aspiración parecía reducirse a no recibir más goles. Por momentos, la línea defensiva era de seis o siete jugadores.
Con diez goles a favor y apenas uno en contra Argentina ganó los tres partidos de su zona (el único en hacerlo en toda la copa). En cuartos de final, enfrentará a una Venezuela que sorprendió en el Grupo C.
De todos los seleccionados que iniciaron la competición con aspiraciones al título, sólo continúan Argentina, Chile y Colombia. Por su parte, Brasil, Uruguay y Paraguay no estuvieron a la altura y se despidieron tempranamente del sueño americano.
¿Es la oportunidad de esta camada de jugadores de ganar un título con la Selección? Al potencial de este plantel no debe preocuparle quién tiene en frente. Con tal cantidad de grandes jugadores se le puede ganar a cualquiera. Ni hablar del plus de tener a Messi, ya sabemos que cuando juega,
todo es más fácil.
De ahora en adelante los rivales que a priori podrían presentar más problemas son las mencionadas selecciones de Colombia y Chile, aunque también podríamos incluir a México, otro de los equipos con buen rendimiento en la primera fase. Sin embargo, son todos posibles enfrentamientos en la final, ya que por la llave de Argentina vienen EE.UU y Ecuador, además de la propia Venezuela.
Los partidos hay que jugarlos y en este deporte todo puede pasar, pero los “cucos” se van quedando en el camino y el tener a Messi siempre será una garantía. ¿Es ahora o nunca?
Nicolás Grimalt