Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo, una dieta rica en omega-3 ayuda a prevenirlas. En este sentido, las semillas de chía son un gran aliado ya que son la mayor fuente vegetal de omega-3.

Entre sus beneficios se encuentra además un alto contenido de fibra tanto soluble como insoluble que favorece el tránsito intestinal. La fibra contenida en las semillas de chía se hidrata hasta 12 veces su peso ayudando a brindar sensación de saciedad, en países como Japón se comercializa con estos fines. Son fuente de minerales y vitaminas A y B y de proteínas de buena calidad.

A diferencia de otras fuentes de omega-3 de origen animal, como los pescados, está libre de colesterol y es baja en sodio. Es apto para celíacos por ser libre de gluten.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda una dosis diaria de:

1 a 2 cucharaditas 4 a 6 gramos de chía molida para niños entre 1 y 13 años

1 Cucharada de semillas de chía molida para adolescentes y adultos aun en embarazo y lactancia

Es aconsejable comprar las semillas enteras y molerlas antes de utilizarlas para lo cual se puede utilizar un mortero o molinillo de café, se puede moler para varios días guardando el excedente en un frasco cerrado en la puerta de la heladera.

Es importante agregarlas en las dietas de los niños a partir del año con recetas sencillas que las incluyan, por ejemplo

½ cucharadita en un postrecito de chocolate junto a 3 mariposas de nuez picadas.

1 yogur + una cucharada de granola + ½ cucharadita de semillas de chía molidas.

(*) Autora del libro Chía, el superalimento, de Editorial Planeta