Se trata de una pesadilla que sienten muchísimas personas y muy pocas se animan a asumir. Ocurre en cualquier tipo de ámbito público: parecen tímidos, introvertidos, apagados, pero lo cierto es que se trata de individuos que sufren un cuadro de fobia social.
"No es un tópico del que se hable mucho, pero la realidad es que la fobia social es uno de los trastornos de personalidad más comunes en la sociedad moderna. A veces se confunde a quienes la padecen con personas ensimismadas o tímidas, pero es gente que no puede quebrar la barrera del miedo y eso le impide relacionarse", explicó el psicoanalista Jorge Taboada.
Un estudio del Instituto Nacional de Salud Mental de EE.UU sobre ciudadanos locales y canadienses determinó que un 30% de los entrevistados padece ese trastorno y que los síntomas del problema empiezan a aparecer alrededor de los diez años de edad.
"Es un problema que no conoce de edades, razas ni estratos sociales. Y el abanico de motivos es demasiado amplio. Puede registrarse a partir del vínculo con los padres o, por ejemplo, a raíz de un episodio particular en la vida de cada uno. Lo importante es asumirlo", añadió Taboada.
Por su lado, la psicóloga Ellen Hendriksen, profesora del Centro de Ansiedad y Trastornos Relativos de la Universidad de Boston, presentó un informe en la prestigiosa revista
Psychology Today en el que detalla algunos consejos para poder empezar a lidiar con ese problema psicológico.
"La fobia social es algo de lo que se puede salir. Sólo hay que tener confianza en uno mismo y aprender a dar ese paso hacia adelante en presencia de los demás", detalló la especialista estadounidense.
Los tips de Hendriksen pueden ayudar a menguar los síntomas de la fobia social y permitir encaminarse hacia una salida saludable.
Actuar en público
Muchas personas sienten pánico cada vez que deben intervenir en público. Ya sea para dar un mensaje a los novios en un casamiento o presentarse ante el resto de los presentes en una reunión específica. Hay momentos en que asumir un rol determinado puede ayudar a vencer los miedos. Sacar fotos a todos los integrantes de una fiesta o ser el encargado de hacer los tragos para los invitados son buenas alternativas. Así, se facilitará el diálogo con los demás, el contacto visual y se alimentará la interacción. "Esto podrá ayudar a construir un fuerte signo de confianza y, cuando llegue el momento, será la mejor oportunidad para cumplir el rol más buscado: ser uno mismo", afirmó Taboada.
Saltar a la pileta
Hay veces que es necesario empujarse un poco a uno mismo. Si uno padece fobia social en el ámbito escolar o universitario, un buen camino a tomar podría ser el de hacer preguntas en clase. Y ese comportamiento empezar a repetirlo una y otra vez hasta convertirlo en algo cotidiano, regular. La intención es poder introducirse en el agua de a poco y luego convertirse en un buen nadador.
Hacer preguntas
Hay personas que se sienten incómodas en situaciones sociales porque intuyen que no tienen nada para decir. "Una buena técnica es la de realizar preguntas con posibilidades de respuesta abiertas. Así, cuando a uno le responden, se puede reaccionar con otra pregunta. Luego, con otra pregunta más y así empezar a entablar una conversación fluída", detalló Hendriksen. Hay mucha gente a la que le encanta hablar sobre su vida privada y qudará muy agradecida de encontrar a alguien que la escuche y le demuestre interés.
Mantenerse siempre presente
Es importante no caer en la tentación, siempre peligrosa, de las redes sociales. "Hoy en día, tanto Facebook como Twitter o Whatsapp te puede permitir estar en contacto cotidiano con tus amigos, pero nunca les ves la cara, nunca los sentís", detalló Taboada. Esconderse en las relaciones exclusivas mediante pantallas no hace más que profundizar la crisis de fobia social. Por eso, una buena estrategia para romper con ese molde es preguntarse a uno mismo qué cosas le gustaría hacer. Así, hay disponibles clases de tenis, de baile, algún curso académico específico o hasta animarse a hacer un viaje en solitario. Es importante comprometerse a realizar actividades con otra gente y no tirar la toalla antes de tiempo.
Asumir el problema y pedir ayuda
Cuando la situación se vuelve insostenible, es necesario recurrir al tratamiento con un especialista. Nunca es tarde para hacerlo. En ese ámbito, podrán tratarse los problemas de manera paulatina y efectiva. "El primer paso será el de reconocer los propios miedos y prejuicios y luego empezar a trabajarlos. La fobia social se entromete en el estilo de vida de las personas. Pero con la predisposición necesaria, uno puede empezar a sentirse cómodo en su propia piel ante la presencia de otros", sentenció Hendriksen.
(Infobae)