Monsanto mandó a su número uno en el mundo a hablar directamente con el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile.
Monsanto mandó a su número uno en el mundo a hablar directamente con el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, que la semana pasada dictó una resolución que frenó el sistema impulsado por la empresa para asegurarse el cobro de un canon por su tecnología Intacta en soja, resistente a insectos.
Brett Begemann, presidente y CEO global de la multinacional, despegó en un vuelo privado de la empresa desde Saint Louis, Estados Unidos, donde se encuentra la sede de Monsanto, y luego de aterrizar aquí fue sin escalas al despacho de Buryaile. Según pudo reconstruir LA NACION, Monsanto planteó que su sistema, que intervino en el comercio de granos con una cláusula en los contratos que obliga a los productores a que se analice su soja para ver si tiene la tecnología de Monsanto, es algo entre privados. Los ejecutivos dijeron que era "privado e infalible". Ante esto, los funcionarios respondieron que ese sistema debía contar con la aprobación del Gobierno, tal como lo fijó Buryaile.
Las autoridades también les hicieron saber que podría afectarse la libertad comercial por el hecho de que un productor que no sembró esa tecnología esté obligado a firmar una cláusula. Y dijeron que hubo productores a los que se les quiso cobrar sin haber sembrado esa soja.
Además, los funcionarios les dijeron a los directivos de Monsanto que apoyan el reconocimiento de la propiedad intelectual y que están promoviendo una ley de semillas. En este contexto, los directivos de Monsanto no expresaron si buscarán el aval del Gobierno a su sistema. Tampoco presentaron propuestas de solución al conflicto. Según trascendió, habrá reuniones entre abogados de Monsanto y Agroindustria.
Una fuente resumió así el encuentro: "No hubo avances; hay coincidencias en las metas, pero no en cómo llegar". Formalmente, en un comunicado, el CEO de Monsanto afirmó: "Fue una buena reunión, porque tenemos una visión común sobre el valor de las tecnologías y tuvimos la oportunidad de compartir con Buryaile la necesidad de contar con un sistema confiable para el reconocimiento de los derechos de propiedad intelectual y el cobro de regalías por cada uso de semillas con tecnologías patentadas". Desde Agroindustria precisaron que Monsanto mostró coincidencias en varios puntos. Entre otros, ordenar el mercado de semillas, reafirmar el pago de la tecnología y buscar una solución a los problemas en la comercialización de semillas.
Quien hasta ahora no tuvo la misma suerte en ser recibido con tanta celeridad como el CEO global de Monsanto es Alfredo Paseyro, presidente de la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA). Paseyro, que ya presentó dos pedidos de audiencia a Buryaile, alertó que se están afectando contratos de las empresas y el ejercicio al reconocimiento de los derechos de propiedad intelectual. "Hay incertidumbre sobre cuál es el escenario para la propiedad intelectual", dijo Paseyro.