Una multitud saludó al sumo pontífice en el cierre de su primera visita a América Latina. "Parto con el alma llena de recuerdos felices", dijo antes de partir. Francisco convocó a tres millones de fieles en Río de Janeiro.
El papa Francisco concluyó este domingo su visita a Río de Janeiro en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud, evento en el que convocó a alrededor de tres millones de personas en total.
A las 19:30, hora local, partió en un avión de la aerolínea Alitalia con destino a Roma, tras llegar al aeropuerto de Río a bordo de un helicóptero.
“Parto con el alma llena de recuerdos felices. Esos recuerdos se convertirán en oraciones. Ya empiezo a extrañarlos. Extrañaré a este pueblo de tan grande corazón”, exclamó durante la breve ceremonia de despedida.
"Muchas gracias por recibirme, y por el calor de la amistad que me han demostrado. Quiero agradecer a la presidente de Brasil, a los obispos y a sus colaboradores", prosiguió.
"En este clima de gratitud, pienso en los jóvenes, protagonistas de este encuentro. Dios los bendiga. Hagan florecer la civilización del amor". "Este Papa necesita el apoyo de todos ustedes", finalizó.
“Su Santidad bendijo a todos los brasileños al venir a la JMJ. Encantó no sólo a la juventud, sino que encantó a todo Brasil. Su Santidad es un verdadero evangelizador. Trajo paz y armonía con sus palabras”, dijo, por su parte, el vicepresidente Michel Temer.
“La próxima que venga a Brasil ya no habrá necesidad de golpear las puertas, porque esas puertas ya están abiertas por la fuerza de su presencia. La próxima vez, entre, sin pedir permiso”, acotó. "Con su presencia, Brasil se convirtió en un paraíso permanente", resaltó.
Más temprano, el Papa agradeció a los organizadores de la JMJ en Río. "Sean siempre generosos con Dios", aseguró ante los voluntarios de la jornada en el acto de cierre. A su vez, pidió a los jóvenes "coraje para ir contra la corriente". "Tenga el coraje de ser felices", agregó.
“Libérense de la cultura de lo provisorio”, mencionó al hablar sobre el sacramento del matrimonio. "Y una última cosa: recen por mí", dijo al despedirse.
Por la mañana, el sumo pontífice ofició una misa en la que estuvieron presentes los mandatarios de Brasil, Dilma Rousseff; de Bolivia, Evo Morales; y de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner.