El reconocido actor recordó a su padre Norberto, quien falleció hace casi dos años. Además, confesó que su hija le cambió la vida.
Nicolás Cabré estuvo, junto a Arturo Puig, director de El Quilombero (la obra que encabeza en la calle Corrientes), en la mesa de Mirtha Legrand. En un momento del programa, el actor hizo emocionar a la conductora, y al resto de los invitados, con un recuerdo de su padre.
"La Chiqui" le indicó que inició su carrera desde muy pequeño en la obra Algo en común con Ricardo Darín en 1994. Al rememorar sus comienzos en el medio, el galán reconoció que su profesión le permitió alcanzar un buen pasar económico que logró mantener gracias a sus padres.
"Mi viejo me enseñó mucho. Yo empecé a trabajar desde muy chico y no sabía qué se hacía con la plata que ganaba. Hasta que un día mi papá me dijo 'vamos a ver un departamento, para que vos compres'. Ahí descubrí que todo el dinero que mis padres recibían por mi trabajo, lo guardaban. Esos son las cosas que hoy agradezco. Son los valores que me dejaron", relató Cabré.
Además, el actor destacó que, aunque en su familia pasaron por momentos económicos difíciles, su padre prefería no pedirle ayuda. "Mi papá no me pedía nada. Y aún necesitando, no me pedía nada. La primera vez que sintió que no tenía salida y me tuvo que pedir, se le rompió el corazón", contó.
Luego, Cabré narró una historia con la cual generó emoción en la mesa. "Yo cuento siempre una anécdota de mi papá. Yo siempre tuve mis autos, me di mis gustos. Y él un día cambió el auto, que era un auto normal y que usaba para trabajar, me lo estaba enseñando y me mostró el estéreo. Yo lo miraba y no me sorprendía. Me lo mostró con una alegría, con tanta felicidad, que descubrí que yo nunca había logrado tener esa cara de alegría", explicó.
"Mucho tiempo busqué tener esa misma felicidad. La busqué mucho y no lograba conseguirla. Hoy con mi hija (Rufina) lo consigo con pequeñas cosas, con un abrazo, con un 'gracias papá'", remató el protagonista de El Quilombero.