Fue secretario de Transporte del kirchnerismo entre 2003 y 2009. Manejó a su antojomiles de millones de pesos en subsidios y en obras de infraestructura para el transporte. Usaba un avión que le compraron los empresarios del Transporte para irse a pasear los fines de semana largos. Iba y venía sin ninguna limitación. Pero ahora tiene varias restricciones. Ante el juez Claudio Bonadio, quien lo procesó por un caso de corrupción en el manejo de fondos del ferrocarril Belgrano Cargas, fijó dos domicilios. Uno en Puerto Madero y otro en Carlos Paz. Cuando se aleje a más de 60 kilómetros de allí tendrá que pedir permiso. Cuando se ausente por más de 24 horas de alguno de esos dos lugares, tendrá que solicitar autorización. A eso se comprometió ayer cuando estuvo en Tribunales y lo ayudaron para evitar que lo fotografiaran.

Jaime se tiene que presentar cada quince días para mostrar que no estará prófugo. Y desde hoy tiene prohibido salir del país sin pedir la respectiva autorización a Bonadio. Es una más de las condiciones impuestas por el juez para que el ex funcionario esté a disposición de la Justicia.

No es la primera vez que Jaime tiene este tipo de restricciones. El propio Bonadio le fijó la prohibición de salir del país en la causa por corrupción seguida de muerte en la que está imputado junto con otros ex funcionarios del kirchnerismo por la Tragedia de Once.

Y además aún tiene vigente la prohibición de salir del país sin autorización judicial que le impuso hace unos años el juez Norberto Oyarbide cuando tenía a su cargo la investigación por enriquecimiento ilícito en la que Jaime y sus testaferros están imputados. El caso ahora está en manos del juez Sebastián Casanello y, como un peritaje consideró que ni Jaime ni sus testaferros pudieron justificar los bienes, probablemente tenga que declarar en indagatoria.