El sumo pontífice fue recibido con enormes muestras de afecto de la población de uno de los asentamientos más peligrosos y empobrecidos de Brasil.
El "papa de los pobres", Francisco, tiene este jueves frío y lluvioso un día de contrastes en Rio de Janeiro: una visita a la favela de Varginha y un encuentro con cientos de miles de jóvenes peregrinos en la emblemática playa de Copacabana.
Por la mañana, el papa argentino bendijo la bandera de los Juegos Olímpicos que Rio organizará en 2016. Fue una ceremonia en el Palacio de la Ciudad, a la que asistieron el ex astro del fútbol Zico y el ex basquetbolista Oscar Schmidt, quien padece cáncer. Francisco es apasionado por el fútbol e hincha de San Lorenzo.
También recibió las llaves de Rio de Janeiro, bendijo a la multitud y pidió -riendo y en castellano-: "Recen por mí".
VARGINHA
Varginha, una favela gris y plana del Complejo de Manguinhos (zona norte), fue por décadas muy violenta. Hacemos menos de un año fue "pacificada", o sea, reconquistada por la policía.
En este lugar, el primer papa latinoamericano bendijo el nuevo altar de la iglesia San Jerónimo, aún sin terminar, regaló un caliz, y caminó y bendijo a cientos de personas que se acercaron a saludarlo.
"Paz", leía esta mañana un cartel en la favela, engalanada con fotos del Papa, banderas y globos blancos y dos estatuas de dos metros de altura de la virgen de Aparecida y de Francisco, el "papa pastor", con dos cabras.