La noche del 23 al 24 basta con localizar a nuestro satélite natural, que se levanta por el este poco antes de las 21 horas. A su izquierda, observaremos un punto brillante que la acompaña hasta el amanecer: se trata de Júpiter.

Desde las 2 horas, Marte empezará a perseguir a los dos astros, alzándose también por el este, con su característico brillo rojizo, seguido de Saturno, una hora más tarde, ambos en la inmediaciones de Libra.

Las noches del 28 y 29 de febrero también son propicias para localizar a Marte. Se sitúa a la izquierda de la Luna, en fase menguante. Un poco más abajo y también a su izquierda, aparece Saturno, entre Ofiuco y Escorpio.

Los planetas, a diferencia de las estrellas, son distinguibles a simple vista porque no titilan o parpadean. Se encuentran a menor distancia que las segundas y su luz (rebotada, en este caso) nos llega sin que tenga que chocar y desviarse con tantas partículas, dándoles su característico 'temblor'.