Por primera vez en la historia de la humanidad sabemos dónde mirar, y tenemos las herramientas para hacerlo.
Con su americana de tweed y camisa blanca con las que se presenta a su cita con Crónica, su cara de no haber roto un plato y el corte de pelo más clásico que existe, la imagen de Kevin Hand se aleja de la del científico loco, del cazaextraterrestres. Sin embargo lo es, y de los mejores, como deja claro su a ratos ininteligible currículum: doctor en geología, ingeniero mecánico y físico, astrobiólogo y científico planetario estadounidense. Subdirector de Exploración del Sistema Solar en el Laboratorio de Propulsión de la NASA y Explorador Emergente de National Geographic. Por todo ello, por la autoridad que desprende su trayectoria, y la extraña y a la vez reconfortante serenidad que transmite su voz, oírle afirmar que "en 20 años encontraremos vida fuera de la Tierra" causa una mezcla de estupor y emoción.
"Por primera vez en la historia de la humanidad sabemos dónde mirar, y tenemos las herramientas para hacerlo", asegura, con una sonrisa giocondina que no hace sino incrementar el misterio. Junto con otros siete científicos, Hand, nacido en Vermont (Estados Unidos) en 1975, lidera la misión Europa.
Está previsto que se lance la próxima década, y tiene como objetivo estudiar esta gran luna de Júpiter bautizada como nuestro viejo continente para determinar si allá, como sospechan, hay vida alienígena. Incluso después de encontrar agua en Marte, son muchos los científicos de la NASA para los que éste sigue siendo el lugar "de preferencia" donde buscarla. Desde finales de los años 90, y gracias a las imágenes obtenidas por la sonda Galileo, hay fuertes indicios de que bajo la enorme capa de hielo de hasta 10 kilómetros de grosor que cubre esta luna se encuentra un océano gigante de 100 km de profundidad que podría albergar condiciones favorables para la vida. Europa es una de las misiones prioritarias para la NASA, que ya ha confirmado que intentará posar un artefacto en su superficie, y que destinará a ella 30 millones de dólares en 2016.
El coste total sería de 2.000 millones, y para Kevin Hand, toda su vida. Cuenta que de niño, en las montañas donde vivía, ya observaba el cielo con sus prismáticos en busca de extraterrestres. "Y con eso sigo, sólo que ahora tengo más medios", bromea. Lo combina con expediciones a las más profundas simas oceánicas, los valles de la Antártida, Alaska o los glaciares del Kilimanjaro en busca de vida microbiana en entornos hostiles que le permita imaginar qué podría estar ocurriendo ahí fuera.
E intenta replicarlo en el "planeta enlatado" del que dispone en su laboratorio de Pasadena (California) -en el que ha llegado a pasar 56 horas sin dormir-, un espacio bajo su supervisión que reproduce las condiciones que se podrían dar en mundos distantes. Parece inevitable que esta vida de película le acabara llevando a Hollywood, y así ha sido: hace años que colabora con el director de cine James Cameron, con quien trabajó en la exitosa Avatar, y asesoró a Ridley Scott en Prometheus. Pero su mejor entrega está aún por llegar.
Usted ha afirmado que encontraremos vida extraterrestre en 20 años. ¿Qué le hace pensarlo?
Que en Europa, una luna de Júpiter, existe un mundo submarino. Las imágenes que hemos obtenido de las lunas más grandes de Júpiter -Ío, Europa, Ganimedes y Calisto- nos dan razones para pensar que las tres últimas están cubiertas de hielo, y que bajo esas capas existen enormes océanos de agua líquida con sal. Si algo hemos aprendido en la Tierra es que donde hay agua encuentras vida, así que, ¿qué pensaría si le digo que hay un océano en nuestro sistema solar que existe hace miles de millones de años, y que es quizás 10 veces más profundo que los nuestros?
Que puede contener muchas cosas. Y que será difícil de explorar.
Es cierto, pero por primera vez en la historia de la humanidad tenemos la tecnología y la capacidad, y sabemos a dónde ir. El océano de Europa tiene todo aquello que creemos hace falta para que surja vida: agua, rocas y algún tipo de energía, en este caso la que generan las mareas provocadas por su órbita alrededor de Júpiter. La energía del Sol no llega porque está demasiado lejos. Creo que si hay un lugar en el sistema solar en el que se puede encontrar vida, es Europa. Hay demasiadas evidencias en su superficie que sugieren que algo está pasando ahí, lo hemos visto a través de las imágenes del telescopio Hubble y de la sonda Galileo. Está cubierta de grietas y crestas que indican que debajo existe un enorme océano salado, y contiene depósitos químicos y planicies de sal.
Sin embargo, tras descubrirse agua en Marte, gran parte de la comunidad científica piensa que será allí donde se encuentre, por fin, vida extraterrestre.
Sigo pensando que es más probable encontrar vida extraterrestre en Europa que en Marte por una razón. Sabemos que Marte ha sufrido impactos de asteroides, y que trozos de rocas marcianas desprendidas han acabado en la Tierra. También podría haber pasado al revés, y en ambos casos es posible que microbios contenidos en esas rocas hubieran sobrevivido al viaje y en el planeta de destino. Así que si encontráramos vida basada en ADN en Marte, no sabríamos realmente si viene de la Tierra o no. Pero Europa está muchísimo más lejos, y encontrar vida allí implicaría que se originó de manera independiente a la Tierra, aunque tuviera ADN. En Marte ahora hay que comprobar si existe agua bajo su superficie, y en caso afirmativo, pensar cómo explorar esas regiones.
¿Qué supondría un descubrimiento así a nivel científico?
Significaría que hay vida en el cosmos, y que la vida se podría estar originando de manera bastante fácil en la galaxia, y más allá. Significaría que probablemente se ha originado vida en otros planetas. Que no estamos solos.
Pero, ¿de qué tipo de vida estamos hablando? Mucha gente pensará en alienígenas...
Cuando hablo de encontrar vida en el sistema solar me refiero a vida microbiana, pero encontrar el más pequeño microbio ya sería revolucionario, revolucionaría la biología. En el caso de Europa, hablamos de vida que se encuentra nadando en el océano. En cualquier caso, dada la increíble cantidad de estrellas y planetas que hay ahí fuera, el tiempo que hace que existen, y sobre todo si descubrimos microbios en Europa, yo creo que tiene que haber vida más evolucionada, capaz de comunicar de manera inteligente.
Vida inteligente en el sistema solar ¿como la nuestra? En caso de que se nos pueda dar ese adjetivo...
Es imposible imaginárselo, atados como estamos a la vida en la Tierra. En el universo la madre naturaleza crea cosas increíbles como los lagos de metano de Titán y su atmósfera naranja, o los acantilados de hielo de Europa. En cualquier caso el origen de la vida es más bien simple, y probablemente en estos momentos está ocurriendo en nuestra galaxia. La aparición de sociedades tecnológicamente avanzadas es quizás algo menos común, pero aun así creo que hay civilizaciones con capacidad de comunicarse de manera inteligente ahí fuera dada la cantidad de planetas que estamos descubriendo alrededor de estrellas lejanas, muchos de los cuales son comparables con la Tierra. Si combinas eso con la cronología de nuestro universo, que se formó hace unos 13.700 millones de años, y teniendo en cuenta que el sistema solar lo hizo hace 4.600 millones de años, eso quiere decir que pasaron 8.000 o 9.000 millones de años hasta que apareció nuestra galaxia. Durante ese tiempo estrellas, planetas y posiblemente la vida se pudieron originar en otros lugares.
Suena a película de ciencia ficción. De hecho, usted ha colaborado en varias...
Cierto, pero precisamente de lo que me encargaba yo era de darles los fundamentos de realidad que hicieran creíble la película. He trabajado con James Cameron en Avatar y otros proyectos, y más recientemente con Ridley Scott en Prometheus. Pero como digo, mi labor consistía en dar la base científica a sus películas. En cualquier caso, mi relación con Cameron también ha funcionado en el sentido contrario. En 2012 organizó una expedición con la que se convirtió en la primera persona en bajar a la Fosa de las Marianas, el punto más hondo del mar, a 10.908 metros, con un pequeño submarino. Yo trabajé desde el barco nodriza analizando las muestras que trajo. Fue increíble, e identificamos 68 nuevas especies de seres vivos.
¿Cómo se llegará a Europa?
La misión Europa consiste en llevar una nave y un conjunto de instrumentos desde la Tierra hasta Júpiter. Solamente llegar hasta allí tomará entre 2,5 y 6 años. Se calcula que si se lanza en el 2022, la misión no empezaría hasta el 2030 aproximadamente, a no ser que podamos usar el nuevo sistema de lanzamiento espacial que la NASA está construyendo, que será el cohete más grande del mundo, lo que reduciría dicho plazo a 2,7 años. Antes se planteaba que la nave orbitara alrededor de Europa, pero está bañada en radiación de Júpiter, y cualquier objeto que se le acerque acabaría achicharrado bastante rápido. En su lugar ahora nos planteamos que orbite alrededor de Júpiter, haga vuelos cortos sobre Europa, y salga rápido de la zona de radiación. Esto nos permitiría tener una misión que dure muchos años, y que recopile y transmita muchos datos. Además las imágenes del telescopio Hubble parecen indicar que en la superficie de Europa hay agua en erupción, y si así fuera, podríamos atravesar esas nubes de agua y literalmente saborearla para analizar su composición. También se está investigando la posibilidad de hacer aterrizar un robot para exploración oceánica.
Usted tiene 41 años, y todo apunta a que dedicará toda su vida a este proyecto. ¿Y si no puede probar que hay vida fuera de la Tierra?
Los científicos tenemos una idea, y la perseguimos. Crees en ello y piensas en cómo probarlo, no en lo contrario.
Y si finalmente encuentran vida extraterrestre, ¿nos lo dirán? Se habla mucho de posibles descubrimientos ocultos de la NASA.
Cuando entras a trabajar en la NASA no hay acuerdos de confidencialidad, ni restricciones, realmente. La única es tecnológica, principalmente porque hay gobiernos que no quieren que determinadas tecnologías acaben en las manos equivocadas. En cuanto a resultados científicos se refiere, no hay restricciones; a veces se controla que todos comuniquemos lo mismo para no confundir a la prensa o al público, para que cuando hablamos de la misión Europa todos estemos dando los mismos datos. La NASA es una agencia espacial civil, y, de hecho, con la llegada de internet lo que la NASA busca, y la EAS también, es que la información y las imágenes estén disponibles para el público cuanto antes. De hecho, cuando diseñamos misiones, uno de los puntos que desarrollamos es cómo lo explicaremos y la rapidez con la que daremos a conocer la información a científicos y público, aunque esto a veces acarree problemas. Las imágenes que Philae, el módulo de aterrizaje de la sonda Rosetta, envió del cometa sobre el que se posó se publicaron en internet en cuanto llegaron a Tierra. Lo mismo con las que el robot Curiosity envió desde Marte. Y ahí empezaron las teorías conspiratorias...
Tanto buscar en el espacio, ¿no lo acaba haciendo a uno también un poco extraterrestre...?
No lo sé, habría que preguntarlo a la gente que me rodea, a mi pareja, aunque hace poco que la tengo... (risas). En cualquier caso intento desconectar con mis hobbies, me gusta mucho trabajar la madera, escalar, hacer esquí de montaña... Lo bueno de actividades así es que no puedes pensar en nada más, cuando estás escalando una montaña tienes que estar totalmente concentrado en lo que está pasando en ese momento, no te puedes distraer. Ahí sí que no puedes pensar en nada más. La mayor parte de las veces...