Se cumplen ocho años desde que en pleno permafrost, a 1.300 kilómentros al norte del Círculo Polar Ártico, el Gobierno noruego inauguró la Bóveda Global de Semillas en las islas Svalbard. Se trata de la cámara de almacenamiento de semillas más grande del mundo, cuyo objetivo es preservar la gran variedad genética de los cultivos alimentarios.
Puesto que el búnker almacena una copia de cada semilla del planeta, este Arca de Noé de nuestro tiempo es el seguro con el que la Humanidad cuenta para el suministro de alimentos para las generaciones venideras.
Aunque tiene capacidad para albergar 4,5 variedades de cultivos -cada cual, tendría 500 semillas-, en la actualidad acoge 860.000 ejemplares de todos los rincones del globo. Cada país donante retiene su derecho y control sobre sus propias semillas, que se almacenan a -18º a través de un sistema de cajas negras, según el cual el depositante es el único que puede retirar semillas como abrir las cajas.
Del Ártico a Siria
De hecho, el pasado septiembre la Bóveda tuvo que abrirse por primera vez con el fin de recuperar semillas de trigo, cebada y pastos para reemplazar las de un banco de genes situado cerca de la ciudad siria de Alepo, que había resultado dañado por la guerra.
A pesar de que éste ha funcionado en pleno conflicto, en 2012 tuvo que trasladar su sede Beirut. Desde allí, científicos del Centro Internacional de Investigación en Áreas Secas, como se llama, solicitaron 130 cajas de las 325 depositadas, explicó a Reuters Grethe Evjen del ministerio de Agricultura de Noruega.
Los investigadores agrícolas las necesitaban para sus trabajos sobre los próximos cultivos a desarrollar en Oriente Medio, añadió. Si bien, como muchas de las semillas del banco de Alepo son resistentes a las sequías, éstas pueden ser de ayuda también para resistir el cambio climático en otras zonas secas del mundo, desde Australia hasta África.
De Corea del Norte al Ártico
La Bóveda Global de Semillas se encuentra cerca de Longyearbyen, en Spitsbergen, el mayor asentamiento humano de las Svalbard. El tratado del mismo nombre, firmado en 1920 en París, reconoce la soberanía noruega sobre el archipiélago. Éste también concede a sus países firmantes -40, España entre ellos- el derecho a desarrollar actividades económicas y científicas en su territorio, rico en recursos naturales.
Así esta semana la agencia central de noticias de Corea del Norte, anunció que el pasado 25 de enero el Gobierno Pionyang ha firmado el tratado de Svalbard, en cuya bóveda tiene depositad0s 5.700 tipos de cultivos.
Con motivo del octavo aniversario de la Bóveda, cuya construcción financió totalmente el Gobierno noruego, quien coopera en las actividades diarias con el Global Crop Diversity Trust,
éste acaba de publicar un vídeo con las imágenes más recientes de su interior: un auténtico viaje virtual al Arca de Noé de las semillas.