Mostrar ambición, seguridad en los propios actos y bondad con los otros son algunas de las características de los optimistas. Cómo evitar que el pesimismo se apodere del día a día.
El ser una persona positiva no es un don que uno lleva incorporado desde que nace. Mostrarse como alguien positivo requiere todo un trabajo de autoconfianza, seguridad en lo que uno dice y hace, ambición y calidez con el resto de las personas.
La negatividad y el pesimismo son dos fantasmas que sobrevuelan cotidianamente y es importante poder tener las herramientas disponibles para hacerles frente. ¿Cuáles son las claves? Saber valorarse a uno mismo y buscar siempre desafíos en el momento y en el lugar donde sea.
El psicoanalista y experto en relaciones británico Gregory Jantz detalló los hábitos más destacados que posee una persona positiva. "Yo siempre recuerdo las palabras del filósofo chino Lao Tzu: 'Revisa tus pensamientos, ellos se convertirán en palabras. Revisa tus palabras, ellas se convertirán en acciones. Revisa tus acciones, ellas se convertirán en hábitos. Revisa tus hábitos, ellos se convertirán en carácter. Revisa tu carácter, él se convertirá en tu destino'".
Cada día encuentran algo para entusiasmarse
Ya sea para ver un programa de TV, prepararse un postre después de la cena o tener una charla con un amigo en otra ciudad, las personas positivas encuentran una actividad nueva cada día para renovarse. Así, le escapan a la rutina y consiguen que cada día sea diferente al anterior, con nuevas aventuras y nuevos horizontes.
Celebran las pequeñas cosas
No hay que preocuparse por prolongar la felicidad una y otra vez. Encontrar la alegría en cada pequeña cosa es la clave para poder llevar una vida feliz. Afrontar cada día con una mirada esperanzadora ayudará a quitar tensión y a combatir el estrés. De lograrlo, pronto nadie se detendrá a oler una rosa, ya que le llegará el aroma de todas juntas al mismo tiempo.
Son amables
Cuando haya duda sobre algo o alguien, hay que mostrar amabilidad. La gente positiva trata de ver siempre la mitad del vaso lleno. Por eso, confía y actúa para que el el otro responda con la misma calidez. Es importante transmitir la energía positiva al otro. Además, el poder dar una mano al prójimo genera un regocijo personal único.
Se mantienen ocupados
Estar ocupado no significa tener la mente estresada. Estar ocupado significa llenar la cabeza de oportunidades de enriquecimiento personal. Nuevamente se trata de encontrar un nuevo desafío en cada día. Se puede empezar a pensar en un hobby. Armar los fines de semana con alguna actividad fija para realizar. Hay que mostrarse proactivo respecto al sentirse ocupado, ya que vivir la vida depende sólo de uno.
Asumen responsabilidades
Ser optimista no significa ser un iluso. La construcción del optimismo se basa, en gran parte, al reconocimiento de los propios errores y a la apreciación de las consecuencias de los propios actos.El mejor camino es ser honesto con uno mismo y aceptar los errores. Así, ya no quedará nada más por esconder.
Saben perdonarse a sí mismos
Por mucho que uno trate con calidez al otro, la bondad debe ser recíproca. Todos cometen errores y todos tienen el poder del arrepentimiento. Saber perdonarse a uno mismo es el primer paso que se debe dar para poder perdonar al prójimo después.
Resisten comparaciones
Ser alguien positivo es mucho más fácil cuando uno no intenta competir o compararse con el otro. Es importante saber separar las tensiones y los conflictos y quedarse con el aspecto positivo de las relaciones. El punto más importante es poder sentirse seguro de la persona que uno es y estar feliz con uno mismo, sin importar los comentarios de terceros.