¿Te descubrís frecuentemente de noche rumbo a la cocina a buscar comida porque creés que de no hacerlo no podrías conciliar el sueño nuevamente? Si te sucede a menudo, no te preocupes, ¡ocupate! Tal vez padezcas de un tipo de trastorno alimentario que se conoce como síndrome del comedor nocturno”.

La noche es un momento especial. Es la hora del reencuentro con deseos, frustraciones y orfandades. Es la hora de hacer un balance de lo que pasó durante el día: lo bueno y lo malo. Es por eso que no resulta sorprendente que se alíen en ese momento emociones y comida.

El del vampiro alimentario o comedor nocturno es un desorden con base biológica que muchas veces pasa desapercibido y genera aumento de peso. Las personas que lo padecen generalmente sienten poca hambre al levantarse a la mañana y casi toda su ingesta de alimentos se concentra después de la 6 o 7 de la tarde. En muchos casos siguen comiendo hasta acostarse y luego puede suceder que se despierten una o varias veces durante la noche en busca de comida.

¿Una cuestión de neurotransmisores?

Aunque muchas veces este síndrome puede ser visto como un descontrol o un estilo alimentario compulsivo, desde el punto de vista neural, estaría relacionado con una alteración de varios neurotransmisores como la melatonina, la leptina, el cortisol y la serotonina. Esta es una sustancia que interviene en el sueño, regula el humor, el control de los impulsos y aumenta la saciedad. A su vez, es la precursora de la melatonina, que tiene entre sus funciones informar al cuerpo que es de noche.

Para que los niveles de serotonina se mantengan adecuados se requiere de la ingesta de hidratos. Por eso, las personas que realizan dietas reducidas en carbohidratos pueden empeorar los síntomas nocturnos. 

Posibles soluciones

Por supuesto que además de alteraciones biológicas, los comedores nocturnos padecen trastornos emocionales que pueden ir desde ansiedad y depresión hasta duelos recientes o simplemente situaciones de estrés.

El punto es que como pseudo-solución han desarrollado un ritual. Lo han aprendido, practicado y asociado con emociones negativas como ansiedad o soledad a través de repetidas ocasiones. Y de tanta práctica, se les ha vuelto un hábito. ¡Pero la buena noticia es que este desorden tiene cura!

En principio es importante abandonar el dietismo comiendo sin prohibiciones. Realizar cuatro comidas en horarios flexibles incluyendo carbohidratos, preferentemente en la cena, es otra recomendación para estas personas. También es necesario recurrir a untratamiento psicólogico, que, entre otros objetivos, debe dirigirse al aprendizaje de técnicas para controlar la ansiedad que dispara la necesidad de comida a la noche. Y, a veces, es necesario el uso de fármacos.